Diario de León

INFRAESTRUCTURAS

El palacio de Riolago abre como casa del parque de Babia y Luna

Silván inaugura las instalaciones en las que la Junta ha invertido más de 1,6 millones

Martínez, Silván y Suárez Quiñones, junto al técnico que les explicó la parte expositiva

Martínez, Silván y Suárez Quiñones, junto al técnico que les explicó la parte expositiva

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MARÍA CARNERO | RIOLAGO DE BABIA
León

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El consejero de Fomento y Medio Ambiente de León, Antonio Silván, acompañado por el presidente de la Diputación de León, Marcos Martínez, y el subdelegado del Gobierno, Juan Carlos Suárez-Quiñones, inauguró ayer la casa del parque de Babia y Luna en la localidad de Riolago. La apertura de las instalaciones en el palacio de los Quiñones ha sido posible gracias a una inversión de más de 1,6 millones de euros, y después de muchos años de trabajo por parte de la administración autonómica para sacar adelante un espacio en el que se representen los valores de la Reserva de la Biosfera de Babia y con el que se da la bienvenida al proyecto para la declaración del parque natural de Babia y Luna, cuya ley tramita en estos momentos las Cortes de Castilla y León y que verá la luz a finales de año, según avanzó el consejero.

«Esperamos que esta casa del parque sea un punto de referencia en este espacio natural con el que se atraiga turismo y se cree actividad económica», avanzó Silván, que insistió en la colaboración pública y privada para dinamizar entornos con el fin de fijar población.

Silván, que estuvo acompañado por los tres directores generales de su departamento, del director general de Minas, de alcaldes, diputados y pedáneos de la comarca, y también del director general de Endesa Noroeste, Miguel Temboury, entre otras autoridades, conoció la zona expositiva de la casa de manos de uno de su artífices, el técnico de Patrimonio Natural Eduardo Álvarez, quien le explicó todas las «sorpresas» que el visitante se va encontrando en su recorrido por el centro.

La zona expositiva, en la primera planta, recoge los usos y costumbres de la zona destacando la trashumancia, la ganadería, la flora y la fauna y los aprovechamientos tradicionales de los recursos. Las muestras que se pueden contemplar son: Colores de Babia, Lo que las rocas nos cuentan, Gigantes que modelan el paisaje, La alta montaña y la peña, La trashumancia, Aves y ganado, una misma estrategia, Las laderas y la media montaña, Genes a domicilio, El tranquilo fondo de los valle, Un paisaje cambiante, Castellano-Pachuezu, Disfraces en los nombres, Buceando en el río, Remansos, Buscando cobijo, Herbario, y El paseo de las estrellas .

Todo ello para hacer un paseo virtual desde lo más alto de Babia y Luna, que es la peña Ubiña, hasta los pueblos, pasado por los valles, los ríos y la ganadería.

El consejero se sorprendió de todos los recursos sonoros, visuales y poéticos con los se trata de despertar la curiosidad del visitante para conseguir que adentre en el parque, que visite sus pueblos y se mezcle con sus gentes.

La zona exterior cuenta con señalización identificativa y de localización y con la figura de un mastín de bronce en detalle, emblema de la zona. En la planta baja, donde se ubica la zona de atención al público y la tienda verde, se localiza una sala de exposiciones, una sala de audiovisual donde se recreea un filandón y una maqueta táctil iluminada que refleja el relieve, la cubierta del terreno y los elementos más singulares del espacio. El proyecto se completa con un bar, El Colmado, que nace para ser punto de encuentro del pueblo y de sus visitantes.

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