Diario de León

Yogures con sabor a tradición

José Vidal y su mujer Maripaz son los padres de Monasterio San Miguel de Escalada, un producto artesano que te hace sentir «los sabores del pueblo». A pesar de que no quisiera dedicarse a las vacas por no seguir su ejemplo paterno, el protagonista de esta historia terminó mimando a varias vacas pardas, dándole un pequeño giro a su destino. Consciente de las altas propiedades de la leche de sus animales, se lanzó al mercado del yogur con Monasterio San Miguel de Escalada, un producto «natural y sencillo», que posee «una calidad superior y un sabor diferente»

José Vidal se encarga, junto a su esposa Maripaz, de la producción íntegra de su producto.

José Vidal se encarga, junto a su esposa Maripaz, de la producción íntegra de su producto.

Publicado por
miriam badiola | león
León

Creado:

Actualizado:

«Cuando era niño siempre decía que yo no me dedicaría a las vacas porque veía el trabajo sufrido y esclavo de mis padres», dice José Vidal, quien finalmente decidió arriesgarse a vivir de las vacas, «esperando no tener la misma vida que sus progenitores».

Con unas cuantas vacas pardas en su pueblo de siempre, San Miguel de Escalada, José decidió dar una vuelta de tuerca al negocio ganadero. Comenzó a probar con la leche de sus animales, llegando a crear lo que hoy se conoce como el yogur Monasterio San Miguel de Escalada. «Elegí estas vacas porque son distintas, no son las frisonas blancas y negras que se ven por toda la provincia, sino que es la parda que había antes en la montaña de Riaño y que, aunque da menos cantidad de leche, la calidad es bastante superior y su sabor muy difierente».

«Me dí cuenta de que esta vaca no es muy rentable porque no da la cantidad de leche suficiente para vender a las empresas», comenta, «por lo que se me plantearon dos alternativas: deshacerme de las vacas o buscar una alternativa viable, así que me lancé este mercado».

El yogur Monasterio San Miguel de Escalada ofrece un producto completamente diferente a los que se encuentran en el mercado. No solamente es artesano, elaborado a mano por completo, sino que tampoco posee ningún tipo de conservante o aditivos, por lo que el sabor final es único. Entre sus propiedades, José Vidal destaca que, «a pesar de ser un producto natural, posee 4% de proteína y un 5% de grasa».

En concreto, la leche de la vaca parda que ellos utilizan es «un alimento natural, equilibrado y muy saludables porque contiene todos los nutrientes esenciales para nuestro metabolismo: hidratos de carbono, proteínas, ácidos grasos saturados e insaturados, omega 3, ácido linoleico, calcio, minerales y vitaminas». Además, varias de estas vacas portan el genotipo BB de la Kappa-caseina, lo que produce una mayor cantidad de proteína en la leche y «una proporción de calcio que supera los 120 mg por cada 100 g de leche».

Afirma que parte de la magia de estos yogures se encuentra en la mano de su mujer Maripaz y la suya, quienes «están detrás de todo el proceso para conseguir el yogur perfecto». Por eso mismo no le tiembla la voz al decir que «con cada cucharada sentirás el placer de los sabores de pueblo y de un estilo de vida sencillo y natural donde todo se hace a fuego lento».

Aunque de momento «la producción es pequeña, artesana y limitada, el mercado está predispuesto para este tipo de productos». Quien quiera adquirirlos los encontrará en las principales tiendas artesanas de León, cuya lista está en www.monasteriosanmigueldeescalada.es.

tracking