ISABEL GARCÍA TEJERINA / MINISTRA DE AGRICULTURA
"El objetivo es que no cierre ni una sola explotación lechera"
La ministra de Agricultura: "Apoyo las reivindicaciones con trabajo y buscando la suma de voluntades»
La titular de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, cree en el diálogo entre los actores del sector lácteo como medio para solucionar la crisis de precios que se vive tras el fin del sistema de cuotas y anuncia que hará todo lo posible porque ninguna explotación se vea obligada a abandonar la actividad.
- Menos ganaderías, modernizadas y con fincas para producir el alimento de las vacas se enfrentan ahora a la crisis de precio de la leche, motivada, entre otras razones, por un aumento de la producción, al que las administraciones públicas habían animado. Así es lógico que el ganadero esté bastante enfadado.
—Ahora mismo estamos viviendo una especial coyuntura en el mercado internacional. Se ha producido un aumento muy importante de la producción de leche, también en España. Se había lanzando un mensaje de que iba a aumentar la demanda y este aumento ha coincido con la prórroga de la prohibición de exportaciones al mercado ruso, que determinados países europeos era un destino importante. Y también China ha reducido las importaciones de productos europeos. Todos esperamos que sea una situación coyuntural. Lo que sí es importante es que a nivel mundial la producción se ajuste a la demanda. Y lo que también es cierto es que España ha sufrido un proceso importante de transformación en el sector lácteo. Pero ha sido un proceso evolutivo en el conjunto del sector. Tampoco se puede decir que se le haya incentivado. Todos los sectores tienen que evolucionar y prepararse para competir en un mercado global. Y yo creo que en gran medida el sector ha hecho ese esfuerzo. ¿Qué nos falta en España? El grado de organización que han llevado a cabo otros países, del que estamos muy lejos. El 80% de la leche que se produce en nuestros países vecinos está bajo fórmulas cooperativas y, además, la transforman.
—¿Pero entiende el enfado de los profesionales?
—Trabajamos por el sector lácteo desde el principio de la legislatura y se aprobó una batería de medidas para preparar al sector para un escenario sin cuotas. Cuando empezó a deteriorarse el mercado, a partir del 7 de julio, pusimos en marcha más medidas, y yo dije que, si no eran suficientes, habría más. De hecho, sobre las reivindicaciones de la marcha blanca yo quiero decir que antes de que ellos echaran a andar, todas las medidas, las diez medidas, ya estaban siendo trabajadas por el Gobierno. Lo agradezco porque siempre dije que haré todo lo que sea legalmente posible que esté en mi mano. Si repasamos las reivindicaciones una detrás de otra, el ministerio ya había empezado a trabajar sobre ellas.
—¿Ha faltado capacidad de reacción en la Comisión Europea (CE) ante una crisis esperada?
—España lleva tiempo pidiendo a la Comisión un punto de equilibrio, porque hace unos meses el debate en la Unión Europea era el contrario: que no se pusiera la tasa láctea en el último año de vigor de las cuotas lácteas. Eso sí que hubiera sido incentivador de la producción. Por el contrario, nosotros llevamos meses dando información de cómo evoluciona para que los productores y ganaderos tengan todos los datos de mercado y ajusten su producción a las cuotas para evitar la importante tasa láctea que ha habido en otros países. Pero la regulación de los mercados es competencia de la CE, a la que pido celeridad para que las medidas sean más efectivas y menos costosas. Espero que el próximo 7 de septiembre, la CE nos ponga sobre la mesa las medidas para reequilibrar el mercado.
—El sector lácteo ha reclamado buena parte de la atención de la ministra desde que asumió el cargo. Comenzó modificando el paquete lácteo y el anuncio de nuevas medidas ha sido una constante de este verano. ¿Ve que alguna de las propuestas esté dando fruto?
—Unas medidas tienen un largo efecto y otras, corto. Lo que hay que pensar es qué hubiera pasado en el sector sin esas medidas y si lo hubiéramos dejado como lo encontramos. La tasa plana hubiera supuesto una pérdida muy importante de fondos para el sector. Se hubiera perdido casi el 50%. Nosotros hicimos una reforma de la PAC que se adaptaba y tenía muy presente al sector lácteo. Tanto es así que la propuesta del ministerio fue un incremento de dinero para el sector. Y este viene de la generosidad del resto de los sectores. Este año los ganaderos de leche van a recibir 250 millones de euros. Esto son 33 millones de euros más que el año pasado. Una explotación lechera va a recibir de media 15.000 euros. El Gobierno siempre ha respondido con rebajas y mejoras fiscales en el régimen de módulos y hemos sido de los primeros países que regulamos el paquete lácteo. Desde el año 2012 ya hay obligatoriedad de vender la leche con contrato. Se reconoce a las organizaciones de productores que pueden comercializar la leche del conjunto de los ganaderos que agrupan. Y, anticipándonos a la mayor parte de los estados miembros, hemos añadido transparencia al mercado en la formación de precios. El Gobierno también puso en marcha una ley de mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria que sanciona las prácticas comerciales abusivas, tenemos una agencia en el ministerio que controla el cumplimiento de estas obligaciones, hemos reforzado y dado más papel a las organizaciones de productores. Esto son solo algunas de las medidas que tomamos antes del final de las cuotas sin ellas, la crisis hubiera sido mucho peor.
—¿Cómo cerrar la puerta a los excedentes de leche franceses en un mercado abierto y de libre circulación de mercancías?
—España tiene la suerte de pertenecer a la Unión Europea. Trae muchas cosas positivas, como esos 250 millones que los ganaderos de leche reciben cada año de los fondos comunitarios. Pero estar en la UE también significa que tenemos un mercado único. Es el mercado europeo y no sólo el español. De la misma manera que Francia no puede limitar nuestros envíos de porcino, o de frutas y hortalizas, España no puede limitar las entradas de cualquier producto de cualquier país de la Unión Europea. Todos los años exportamos 40.000 millones de euros en productos agroalimentarios. Dentro del sector lácteo, el apartado de los quesos aumentó en un 29% sus exportaciones. Cerrar los mercados no sería positivo para un país como España, que es competitivo y que cada año crece por la vía de incrementar sus exportaciones.
—¿Ha faltado perspectiva al no promover desde hace años la organización en cooperativas del sector lácteo y tratar de que en sólo unos meses la oferta de leche se concentre?
—Para este Gobierno ha sido fundamental promover la integración cooperativa. Una de las primeras leyes aprobadas por este ministerio fue de integración cooperativa, dirigida a la creación de cooperativas de dimensión importante para que puedan competir, innovar, internacionalizar... Para que los costes fijos sean menores. En definitiva, es necesario un proceso de reestructuración cooperativa. Ya las hay que han dado pasos importantes. En el sector ovino, por ejemplo, OviSpain agrupa a millón y medio de cabezas y es la más grande de Europa. El impulso de este Gobierno ya está dando sus frutos en algunos sectores. Vamos a destinar 250 millones de dinero europeo y nuestro para la integración cooperativa. Siempre animo al sector a que dé el paso ahora que tiene el camino y también cuenta con el impulso del Gobierno.
—La Marcha Blanca llega al ministerio que dirige. ¿Cuál es el error? ¿Qué está ocurriendo para que se llegue a esta situación?
—El sector conoce perfectamente las medidas. Me comprometí a hacer lo que fuera y agradezco a las organizaciones que han puesto sobre la mesa medidas legalmente posibles. Dije que tendría en cuenta todas. El Consejo de Ministros, que es extraordinario, se celebra el día 7 y yo no puedo hacer que se celebre antes. Nosotros vamos a dar una ayuda muy importante a los ganaderos. Hasta 10.000 euros por explotación para las que estén vendiendo la leche por debajo de los costes de producción. Serán 300 euros por vaca, hasta los 10.000 euros. Pero la concesión de la ayuda requiere unos plazos. El otro día me preguntaban «¿Apoya las reivindicaciones?» Sí. Las apoyo trabajando, poniendo en marcha todas aquellas que están en mi mano y pidiendo que se sume la voluntad de todos los agentes de la cadena que pueden contribuir a la mejora. Hemos mantenido casi una reunión a la semana con el sector. Tengo un objetivo: que no cierre ni una sola explotación. Las medidas serán más efectivas cuanto más organizado esté el sector. Un sector integrado es competitivo. Por ejemplo, hay crisis en el sector porcino, pero no en el español, porque está organizado e integrado. Ese es el camino.
—Si la CE no acepta el etiquetado que muestre los costes de producción de la leche como demandan los ganaderos, ¿podría implantarse en España?
—Etiquetar el coste de producción es muy caro. Cada explotación tiene unos costes muy diferentes. Lo que nosotros sí que estamos haciendo es dar más transparencia a esos costes de producción en la cadena. Y la misma, en cuanto a esos costes, la basaremos en además de ofrecer los correspondientes a cómo se trasladan de ganadero a industria, ya conocidos, a los de industria a distribución.
—¿Qué funciones tendrá el mediador lácteo y cuándo comenzará a trabajar?
—El mediador podrá interceder entre ganaderos e industria en la fase previa de negociación de los contratos para los ganaderos que pertenezcan a una organización de productores. Estamos a la espera de que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia nos valide el Código de Buenas Prácticas. Espero que sea a lo largo del mes de septiembre.
—El siguiente sector que dejará el sistema de cuotas es el del azúcar, que lleva meses de caída de precios. ¿Es previsible una crisis en la producción de remolacha y azúcar similar a la del vacuno de leche?
—Son sectores muy distintos. La leche es un producto muy perecedero y tenemos poca capacidad de transformarla en producto de más duración. El Gobierno también aquí se adelantó incrementando las ayudas a los remolacheros a partir de este 2015 en 17 millones de euros más sumados a lo que ya recibían.
—¿Por qué tenemos la sensación de que la política agraria en Europa se diseña para los franceses y los alemanes? ¿Es consecuencia de que recibimos más dinero del que aportamos? ¿No será que España no ha sabido organizar el sector en cooperativas de gran tamaño?
—En la UE hay que defender lo propio y trabajar para buscar un punto de encuentro. Así se avanza. Francia y España son los grandes aliados en defensa de la política agrícola de la UE. Si hoy hay más dinero para los agricultores europeos es gracias a esa alianza. Luego se unió Irlanda. La agricultura alemana es más importante que la española, sin embargo, España recibe más dinero de la PAC. Los gobiernos del PP han obtenido grandísimos resultados para España, porque nos tomamos muy en serio la política agrícola. Y la alianza entre Francia y España siempre tiene mucho peso.