Diario de León

RUCAYO

La investigación no entiende por qué los ciclistas persistieron en su intento

El agua del canal marcaba 8 grados, según las mediciones de la CHD

Los cuerpos de las víctimas se sacaron del canal en un vehículo de la CHD. CAMPOS

Los cuerpos de las víctimas se sacaron del canal en un vehículo de la CHD. CAMPOS

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León

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A. Domingo | Redacción

El caso de los ciclistas que fallecieron por hipotermia cuando trataban de cruzar del valle del Curueño al Porma por el canal subterráneo de trasvase entre ambos ríos mantiene en jaque a la investigación del caso, que no comprende la razón por la que los deportistas no dieron la vuelta al encontrase totalmente anegada la parte final del túnel. Empleados de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) midieron ayer la temperatura del agua, que se encontraba a 8 grados, e inspeccionaron en canal.

Existen conjeturas, pero, al menos por el momento, ningún indicio firme para sustentar una hipótesis sobre lo ocurrido. En el canal no se han encontrado evidencias de que los ciclistas trataran de volver ante el agua que encontraron y les dificultaba finalizar su recorrido. En la inspección se ha podido establecer que las víctimas ya divisaban el final del túnel cuando el agua les llegaba a la cintura, razón que podría haberles empujado a continuar, dado que era más la distancia que debían recorrer si intentaban regresar sobre sus pasos que la que les separaba de la salida. También se ha establecido que no había una corriente que dificultara el regreso al punto de partida, ni que les arrastrara a la perdición.

Si bien la salida exigía el esfuerzo de nadar en agua fría, también es cierto que el desnivel convertía el regreso en una labor esforzada, ya que la entrada se sitúa seis metros por encima de la salida y que, por tanto, por cada kilómetro de recorrido se produce un descenso de un metro.

Está claro que nadar con las bicis y el equipo que portaban todo el tramo en el que no hacían pie se convierte en un arduo trabajo, aunque utilizaran cuerdas con la finalidad de arrastrar las bicis —una de las que utilizaran se encontró atada—. Personal de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) inspeccionó ayer el tramo de trasvase, que hace también las veces de rebosadero y procedió a medir la temperatura ambiente y la del agua. Los resultados fueron de 9 y 8 grados respectivamente.

La baja temperatura del agua explica la conclusión que se obtuvo en el momento del rescate: ambos atletas fallecieron por una hipotermia progresiva, que se inició en las extremidades inferiores —las que primero y más tiempo estuvieron sumergidas— y que produjo en ambos una parada cardíaca, aunque los resultados definitivos de la autopsia aún tardarán en conocerse.

El deportista fallecido Miguel Ángel Rodríguez Pérez, de 64 años, era un experimentado montañero, que formó parte de los equipos de rescate en montaña y participó en expediciones internacionales, según informaba ayer La Nueva España. También había publicado guías de montaña. Sus restos fueron trasladado ayer al Principado. Su compañero de excursión, Daniel González Sanz, de 32 años, será incinerado en León.

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