El fuego sigue cercando pueblos

PABLO RIOJA | ENCINEDO

Cuarto día de infierno en La Cabrera y, lejos de mejorar, la situación se agravó ayer debido al viento y a las altas temperaturas. «No damos abasto», señalaban los miembros de las patrullas de tierra en un intento desesperado por evitar que algunas zonas ya controladas volviesen ‘a la vida’. El fuego no da tregua y las previsiones para hoy son aún peores, como confirmó el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones. «Las rachas pronosticadas en el entorno complicarán las labores de extinción y pueden reavivar las llamas en el mar de rescoldos formado por las cerca de 9.000 hectáreas afectadas ya».

La única noticia esperanzadora de la jornada fue que de los cuatro frentes abiertos, tres permanecían controlados y sólo preocupaba el que avanza hacia el norte, con el municipio de Encinedo como gran afectado. Pero de nuevo el viento será hoy juez caprichoso pudiendo complicar la situación en Truchas y Sanabria. La localidad de Forna es sin duda el claro ejemplo de lo cerca que han pasado las llamas de algunas casas —«por suerte deshabitadas»—. La pesadilla comenzó el miércoles por la noche, cuando la Guardia Civil obligó a los cerca de 15 vecinos a abandonar la zona. Ayer por la mañana, algún miembro de la UME y los propios lugareños se afanaban en limpiar la carretera principal, atestada de las tejas y piedras de viviendas arrasadas por el fuego. A sólo unos metros, tres mujeres daban gracias de que sus hogares no se hubiesen convertido en meros escombros. «Mientras las casas sigan en pie estaremos tranquilas».

En la actualidad, en el incendio trabajan cuatro aviones anfibios Canadair de 5.500 litros de capacidad de descarga procedentes de las bases de Torrejón (Madrid), Talavera la Real (Badajoz) y Matacán (Salamanca). A ellos se suman las labores de otros dos aviones anfibios, de 3.500 litros, de la base de Rosinos (Zamora). De igual forma, el Mapama ha movilizado dos helicópteros Kamov, de 4.500 litros, con base en Plasencia y Villares de Jadraque (Guadalajara), así como seis helicópteros de transporte y extinción, de las brigadas de refuerzo en incendios forestales de Tabuyo del Monte, Tineo y Lubia.

El Ministerio también ha enviado a la zona un avión de comunicaciones y observación (ACO) y una unidad móvil de análisis y planificación de León. Un despliegue aéreo al que se suman en tierra 20 técnicos, 29 agentes medioambientales, cuatro cuadrillas nocturnas, 27 cuadrillas de tierra, siete brigadas helitransportadas y cuatro brigadas de refuerzo del Mapama, junto a 11 autobombas y 11 bulldozer que no descansan para hacer cortafuegos. La Unidad Militar de Emergencias (UME) también participa con dos unidades y unos 100 hombres. En total más de 600 efectivos trabajando día y noche sin apenas un respiro.

La ‘zona cero’

Encinedo, Forna, Trabazo e Iruela se convirtieron ayer en la ‘zona cero’ con más de ocho focos activos al mismo tiempo completamente descontrolados, avanzando en todas direcciones y amenazando con llegar a las casas, como casi ocurrió el miércoles en Truchillas, que sin embargo ayer trataba de volver a la normalidad después de «una noche de espanto», como la calificaron varios vecinos. La Junta mantiene el nivel dos de peligrosidad que se establece por persistir las condiciones de riesgo para la población.

La provincia leonesa está sufriendo la peor semana de incendios forestales del año y en las últimas horas ha registrado hasta nueve fuegos forestales de los que todavía siete continúan activos, aunque seis de ellos ya se dan por controlados. Además del de Encinedo, el único activo hasta la fecha, la provincia cuenta con otros seis fuegos bajo control en las localidades de La Falamosa, Langre, Valdepiélago, La Braña y Villar de las Traviesas.