El fuego amaina pero no cesa
El humo y el viento complican las labores para contener el incendio, prácticamente estabilizado, aunque se reactivó ayer por la tarde en Robledo El consejero admite que el siniestro traerá «consecuencias muy graves» para La Cabrera.
El fuego se reactivó por la tarde a causa del viento y amenazó el pueblo de Robledo. SECUNDINO PÉREZ
rafael reyes | encinedo
El humo y el viento volvieron ayer a empeorar las condiciones de extinción en el incendio que asola La Cabrera desde el pasado lunes por la noche.
A pesar de que por la mañana, la situación del fuego, que ya ha quemado 9.000 hectáreas se daba por estabilizada con todos los frentes controlados, la llegada de la tarde provocó la reactivación del frente Norte. La situación se complicó por la dificultad de los medios aéreos para trabajar debido al intenso humo. Apenas tres helicópteros pudieron descargar agua, lo que ha obligado a los medios terrestres, las brigadas de extinción de incendios y el apoyo de alrededor de un centenar de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), a cargar con el grueso de las labores de extinción.
Pese a sus esfuerzos, el fuego cercó la población de Robledo, por lo que estaba pendiente de evacuación debido a la proximidad con las llamas, que han alcanzado grandes dimensiones en esa zona, según confirmó el alcalde de Truchas, Francisco Simón. Además fueron desalojados catorce trabajadores de una pizarrera cercana a la localidad.
El humo también ha provocado el cierre al tráfico de la carretera de La Baña a Truchas, y la vía que une la localidad de Quintanilla de Losada y Castrillo de Cabrera y que pasa precisamente por Robledo.
Los 38 vecinos de la localidad de Trabazos, pedanía de Encinedo, pudieron volver a las 19.20 horas de ayer a sus viviendas, que no han sufrido daños, tras dos días de evacuación en el que han estado alojados en el polideportivo de La Baña y una residencia de ancianos.
Asimismo, la mejora de la situación del incendio en el transcurso de la tarde ha permitido levantar el confinamiento en sus viviendas por el humo que se había recomendado para los vecinos de Santa Eulalia, otra pedanía de Encinedo. Los vecinos coincidían ayer en que sentían «tranquilidad» por la cantidad de profesionales que velaban por su seguridad.
En la reunión que a las 18.00 horas de ayer celebró el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) de León se mantuvo el nivel dos de peligrosidad, en una escala de cero a tres de menor a mayor intensidad.
Por su parte, Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León, aseguró que se necesitarán «bastantes días» para poder considerar como controlado el incendio de Losadilla. Suarez-Quiñones apuntó que el incendio va a dejar «unas consecuencias muy graves para la comarca de La Cabrera», con un daño medioambiental evidente. El 20% de las hectáreas quemadas corresponden a arbolado, por lo que será necesario acometer labores de repoblación así como facilitar la regeneración.
También se han producido daños en líneas eléctricas y telefónicas que deben repararse, al tiempo que el consejero ha querido lanzar un mensaje de gratitud a todo el operativo implicado en las labores de extinción, así como a los vecinos afectados. Por último, calificó de «mentes criminales» a los responsables y aseguró que «lo planifican muy bien».