El programa ‘Empleo-Mujer’ amplía su cobertura a las desempleadas en las cuencas mineras

El programa ‘Empleo-Mujer’ puesto en marcha por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico de Castilla y León, ampliará su cobertura este año a las mujeres desempleadas que residen en municipios de las cuencas mineras de la Comunidad, y donde la tasa de desempleo entre este colectivo alcanza el 69 por ciento. Esta atención se sumará a la que ya se viene prestando desde el año 2016 en que arrancó este proyecto a las mujeres víctimas de violencia de género y a aquellas que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad o exclusión social.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, explicó que la intención en este tercer año del proyecto es consolidarlo después de que se haya convertido en “una referencia” para dotar de autonomía a las mujeres. Dividido en dos fases, la primera de ella se desarrolla en estos momentos y hasta el mes de julio y cuenta con la participación de mujeres víctimas de violencia de género y, en el caso de Villablino (León) de mujeres desempleadas. La segunda fase discurrirá desde septiembre hasta diciembre y estará dirigida a mujeres en situación de especial vulnerabilidad -sin excluir a las víctimas de violencia de género- y el trabajo con las desempleadas en zonas mineras se prestará en la localidad de Guardo (Palencia).

Otra novedad de este año será el servicio de acompañamiento especializado a mujeres emprendedoras, que estará dirigido al análisis de la viabilidad empresarial de la idea a través del Instituto de Competitividad Empresarial. También la entidad Feafes se incorporara a la red de empresas empleadoras para facilitar la inserción laboral de las mujeres como profesionales cuidadoras de personas con enfermedad mental.

Este programa “de innovación social” para la inserción de las mujeres vulnerables y en riesgo de exclusión social nació con el objetivo de que las mujeres en situación más delicada tuvieran la oportunidad de abandonar gracias a la prestación de una atención personalizada a cada mujer aprovechando sus potencialidades; y la creación de una Red empresarial “comprometida y sensibilizada” para mediar en función del perfil de cada una de las participantes.

Desde el año 2016, un total de 376 mujeres han participado en este programa, de las que 132 (35,1 por ciento) han conseguido acceder al mercado laboral. De ellas, 85 eran víctimas de violencia de género, puso de relieve la consejera. El primer año de funcionamiento, la Junta destinó a este programa 80.000 euros y contó con la participación de 130 mujeres de las nueve provincias durante un periodo de seis meses y un centenar de empresas. Se consiguieron formalizar 38 contratos, de los que 22 fueron con víctimas de violencia de género.

En 2017, la Consejería incrementó el presupuesto hasta los 150.000 euros y se contó con la participación de 246 mujeres, de las que 155 fueron víctimas de violencia de género, así como la participación de un total de 320 empresas. En este tiempo se formalizaron 94 contratos y otras 17 mujeres decidieron retomar sus estudios.

En los dos meses que lleva de desarrollo este año, el programa cuenta en su primera fase con la participación de 162 mujeres -87 víctimas de violencia de género, 31 desempleadas en las cuencas mineras, 16 con discapacidad, siete pertenecientes a minorías étnicas y 46 perceptoras de Renta Garantizada de Ciudadanía- y hasta el 12 de junio se habían contabilizaro un total de 31 inserciones laborales.

El director de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico de Castilla y León, Juan Carlos Prieto, recordó a aquellas personas de nuestro entorno más cercano que tienen “pequeñas batallas domésticas” y a las que hay que aportar “lo que cada uno podamos”. Para este proyecto hizo un llamamiento para contar con personas voluntarias y que tengan ganas de ser “activas y sentirse protagonistas” así como la voluntad de ser “visibles” en proyectos “difíciles” de innovación social.

La coordinadora del programa en Valladolid y Palencia, Marisol Blanco, aclaró que las participantes son, en su gran mayoría, mujeres de familias monoparentales. El “eje” del programa pasa por la formación de un equipo con mujeres profesionales y activas para poder trabajar en equipo a raíz de los diferentes perfiles que tienen todas ellas. “Colaboración y solidaridad” son algunas de las herramientas básicas, así como “trabajar todas para todo”.

Por último, Laura Campo es una de las participantes del programa y agradeció haber pasado en poco tiempo de tener su vida “bajo control” a estar “pendiendo de un hilo”, a pesar de lo que decidió “salir a flote” y empezar a participar en un programa con el que poco a poco vuelve a ver la luz y que por ahora le está sirviendo para “marcar una meta” y ser “más proactiva y pulir las debilidades”. Sin embargo reconoció que se trata de “una lucha continua” para conseguir esos objetivos, que pasan por la recuperación de su independencia y de su autoestima