Diario de León

Buscan a tres mujeres por la oleada de robos en pisos en el sur de León

Las componentes del grupo presentan un aspecto normal, lo que les permite pasar desapercibidas.

El último robo del que se tiene noticia ha tenido lugar en Valencia de Don Juan.

El último robo del que se tiene noticia ha tenido lugar en Valencia de Don Juan.

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ARMANDO MEDINA | SANTA MARÍA
León

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Desde el pasado mes de agosto localidades del sur de la provincia como Astorga, Veguellina, Hospital de Órbigo, La Bañeza, Santa María del Páramo y Valencia de Don Juan vienen sufriendo una oleda de robos en pisos habitados, aprovechando momentos en los que los inquilinos están fuera de casa. El último tuvo lugar el martes en Valencia de Don Juan.

La situación ha provocado cierta alarma en la población, especialmente en la capital del páramo, donde se ha convertido en un tema recurrente de conversación en las últimas semanas en la calle y, sobre todo, en las redes sociales. Tanto, que hasta se han llegado a publicar fotos del coche en el que se mueven las sospechosas. Y es que parece estar muy claro que se trata de tres mujeres de aspecto absolutamente normal sobre las que las fuerzas de seguridad estrechan el cerco.

‘Modus operandi’

Actúan siempre de una forma muy similar y nunca utilizan la violencia. Se desplazan a una localidad de una población importante —cabecera de comarca o similar— donde pasen desapercibidas. Nunca, hasta ahora, en pequeños pueblos. Tras un pequeño tiempo de observación (una o dos horas) aprovechan que los inquilinos salen de su casa, siempre pisos, para dar el palo. Fuerzan la cerradura y en muy poco tiempo —entre 10 y 15 minutos— se llevan el dinero y las joyas que encuentren. Y se van. Para acceder a los bloques no llaman al timbre. Se meten cuando la puerta general del edificio está abierta. Siempre actúan durante el día, normalmente entre las seis de la tarde y las diez de la noche.

En las últimas semanas en Santa María del Páramo se han denunciado cinco casos, aunque ha habido otros en los que no se ha cursado la denuncia y alguno que se ha quedado en intento, bien porque ha parecido algún vecino o incluso porque se han encontrado que el piso no estaba vacío como suponían. Entonces desisten para no ser descubiertas.

El relato de una víctima

Un vecino de Santa María del Páramo, víctima de uno de estos robos cuenta su caso. Tuvo lugar el domingo 2 de septiembre en un primer piso de la calle San Isidro Labrador. Los inquilinos, un matrimonio de mediana edad, se encontraban de vacaciones. El hijo tiene un negocio ubicado justo en frente, abierto durante todo el día de lunes a sábado. Además, señala, iba todos los días al piso de sus padres para airear la vivienda.

«Aquel día subí al piso de mis padres a las nueve de la mañana, me vestí y me fui a andar en bicicleta durante todo el día. En ese momento todo estaba normal», relata. «Regresé sobre las once de la noche y dejé la bici en el bajo, pero no subí al piso. Y sobre las once y media me llama mi madre, que acababan de llegar de vacaciones. Me cuenta que le han reventado la cerradura y le han robado dinero y algunas joyas». Y continúa: «luego, hablando con los vecinos, me dijeron que oyeron ruidos en casa sobre la una de la tarde, que es cuando se sospecha que entraron». Este vecino se muestra convencido «de que tuvieron que estar controlándome de alguna manera porque es el único día que ni mis padres, que estaban de vacaciones, ni yo, que me había ido con la bici, estábamos en casa».

Desde el martes pasado no se ha producido ningún robo más de esta banda de mujeres en la zona.

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