Diario de León

El CAMPEÓN DE LOS BÓVIDOS

Del establo a la publicidad

Una empresa donostiarra adquiere un buey de dos toneladas criado en Carrizo, que utilizará como reclamo publicitario antes de sacrificarlo

Fernando Fuertes con el imponente ejemplar de buey.

Fernando Fuertes con el imponente ejemplar de buey.

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A. DOMINGO | CARRIZO DE LA RIBERA
León

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Es todo un portento. El campeón de los pesos bóvidos, con formas de luchador de sumo, capaz de derribar a un hombre con el más ligero de sus movimientos se ha criado en Carrizo. Afortunadamente, es uno de esos grandes bonachones, que vive una granja dedicada a la cría de vacuno de carne, negocio familiar especializado en buey, de la villa orbiguesa.

El animal, de raza rubia gallega y 7 años y medio de edad, no tiene nombre, pesa 2.000 kilos y alcanza dos metros de altura en la cruz —la joroba que forman en la espalda las primeras vértebras dorsales—, pero sus formas lo lanzan al estrellato y en unos días abandonará su confortable lecho de paja en Carrizo para servir de modelo en la publicidad de Cárnicas Iruki, empresa de San Sebastián. Sin embargo, la alfombra roja que desenrollan ante su tamaño no lleva a una vida de fama y lujo, sino al matadero y al plato.

Su criador, el ganadero y carnicero Fernando Fuertes, señala que cuantos lo ven «dicen que es incluso más grande que el Pezuñas», otro castrado mediático, también de dos toneladas, del que se dijo en 2013 era el buey más grande de España. Hermano de raza del de Carrizo, realizó el recorrido a la inversa: lo adquirió en el País Vasco el restaurador de Jiménez de Jamuz José Gordón, con idea de ponerle otros 200 kilos antes de entrar en la carta de la bodega-restaurante.

De raza rubia gallega, el animal tiene ahora siete años y medio, y llegó de Portugal en 2014. RAMIRO

Fuertes adquirió su ejemplar en Portugal, en 2014. Apuntaba maneras y «ya hace dos años» tuvo su minuto de gloria en el espacio de televisión Aquí la Tierra. «No lo he cebado a tope, para no tener que sacrificarlo», explicó el carnicero, que optó por comercializar carne de buey «hace seis o siete años». Fernando Fuertes forma parte de una familia que ya suma la cuarta generación de carniceros-ganaderos de la villa orbiguesa. La carnicería se abastecía, como suele suceder en otros negocios del sector, de una ganadería propia. Pero Fuertes nunca creyó que uno de sus animales iba a despertar semejante interés como en el caso actual. «Jamás pensé que iba a vender un buey entero» vivo, cuya canal rodará los 1.200 kilos.

La dieta del bruto se compone de «no menos de 50 kilos diarios de silo de maíz, harina del mismo cereal y centeno», que los Fuertes cultivan para dar la mejor alimentación a sus animales. En la cría de bueyes «necesitas silo de maíz. Es imposible cebarlos con pienso. Además, el buey es un animal al que tienes que cuidar mucho. No basta con tenerlo cuatro años muriéndose de hambre en el monte y luego terminar de cebarlo».

ANIMALES Y RAZAS

El carnicero y ganadero cuenta con 60 bueyes en la explotación, que atiende su hijo. A estos se suman 40 vacas. Las razas que trabaja son la rubia gallega, la barrosa y miñoto «y algo de alistana-sanabresa, pero poco».

Fuertes se procura ejemplares de buey «de trabajo», de los que sólo quedan en Portugal, por tradición y por los concursos. En sus viajes para comprar reses no es raro «que también compre el carro» del que tiran las bestias. En el país vecino «empiezan a enseñarles a trabajar con un año y es costumbre que tengan una pareja» en los pueblos. El país vecino «es el único sitio donde queda buey. De hecho, Galicia los compra allí y luego los ceba».

La carne más frecuente de en las carnicerías como buey «es un macho de cuatro años, castrado a los ocho meses». Pero al auténtico se le capa «para que se desarrolle y trabaje», para convertirlo en la máquina que antaño tiraba del arado y del carro.

Fuertes también dispone de hembras para reposición y para carne. De los machos nacidos en la granja familiar deja «un mínimo doce» para garantizar el abastecimiento de buey a sus clientes. Además de en sus tiendas de León y Carrizo su carne de buey se encuentra en algunos restaurantes y es proveedor de Cárnicas Iruki, la firma donostiarra que ahora se lleva al gigante.

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