Diario de León

DOCUMENTAL DE NETFLIX SOBRE PEDERASTIA EN LA IGLESIA

«El perfil de Gordón es el de un depredador sexual en serie»

Albert Solé, director del documental de Netflix, ‘Examen de conciencia’ asegura que los abusos sexuales en el seminario de La Bañeza cumple todos los requisitos para ser un caso estructural.

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cristina fanjul | león
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Vergüenza, miedo y culpa. Es la trinidad emocional que muestran todas las víctimas de abusos sexuales de la Iglesia que dan la cara en Examen de conciencia, la serie documental que ayer estrenó Netflix y que, dirigida por el realizador Albert Solé, aborda la pederastia en el Seminario de La Bañeza.

Solé, artífice de documentales como Al final de la escapada, Miró contra Miró o Gabor, explica a DIARIO DE LEÓN que su trabajo en este reportaje le ha hecho darse cuenta de lo que ya intuía antes de iniciar la grabación: «Los casos que han salido a la luz no son más que la punta del iceberg de lo que realmente ha ocurrido». Razona su afirmación en dos porcentajes que pone en común. «Si sabemos que en el resto del mundo el número de sacerdotes pederastas asciende al 7% y en España, el 30% del espacio educativo ha estado ocupado por la Iglesia, no hay lugar para las dudas», precisa al tiempo que recuerda que a esto hay que añadir DOS datos relevantes: «La Iglesia tiene su propio ordenamiento jurídico y hay un Concordato».

Los tres documentales tienen como hilo conductor la historia de Miguel Hurtado, que esta misma semana revelaba la ocultación del Monasterio de Montserrat de los abusos que sufrió a manos de un abad cuando era menor. Miguel se convierte de esta manera en el Virgilio del espectador a través del horror sufrido por niños de toda España y conoce, al mismo tiempo que los televidentes, las experiencias, siempre comunes, vividas a manos de los pederastas y de cuantos les protegieron.

Albert Solé considera que una de las razones por las cuales los pederastas actuaron con tanta libertad fue la impunidad que la Iglesia tenía en España. En cuanto a la posibilidad de que el Papa acabe con esta lacra, se muestra «escéptico». «Ha introducido el debate pero es difícil acabar con ella cuando tu jerarquía eclesial es responsable de lo que ocurrió», dice.

Para el director de Examen de conciencia Javier, una de las víctimas de José Manuel Ramos Gordón, es prototípico de lo que ocurre en la Iglesia: «Muy buenas palabras, pero luego la Congregación para la Doctrina de la Fe ni siquiera le permite ver la documentación de su proceso». Considera que el seminario de La Bañeza es el ejemplo de un caso estructural de abusos sexuales. «Hay muchos indicios de que fue así». Entre ellos, destaca el hecho de que diez años antes hubo un niño, Emiliano Álvarez, que sufrió agresiones a manos de otro sacerdote (Ángel Sánchez Cao). «Y desde que ellos lo sacaron a la luz, más alumnos han denunciado», manifiesta.

Emiliano Álvarez se enfrenta a su abusador en el documental. Sánchez Cao, que niega en todo momento haberle agredido sexualmente, y termina su conversación con él pidiéndole perdón «si en algo te he ofendido».

«Estrategia del Vaticano»

Casi al final del documental, Miguel Hurtado y Javier mantienen una conversación en la que ambos llegan a la conclusión de que en todos los seminarios o colegios en los que había casos de pederastia, los superiores actuaban de la misma manera: trasladándoles, casi siempre a lugares en los que volvían a estar con menores. «Es una estrategia común», dice Javier. «Sí, y llega de muy arriba. Del Vaticano».

Solé resalta que hay denuncias de los abusos en el seminario de La Bañeza a los que no han conseguido «poner cara» y resalta que el perfil de Ramos Gordón, con quien trataron de hablar sin conseguirlo, es el de un «depredador sexual en serie». El director confiesa que una de las cosas que más le han sorprendido ha sido la solidaridad surgida alrededor de Javier gracias a sus compañeros seminaristas. En el documental aparecen dos de ellos, Tomás y Víctor, que narran el horror que sentían cada vez que oían a Ramos Gordón en sus dormitorios. Cuentan incluso que le ponían trampas para que no llegara hasta ellos, como hilo de tanza entre las camas. «Todos somos víctimas», advierte Solé, que sostiene que los casos que muestra en el reportaje revelan que la sociedad no se ha comportado bien: «Mucha gente ha negado la mayor», constata a propósito de los apoyos que a día de hoy siguen recibiendo los pederastas. Sin embargo, se muestra optimista en que las declaraciones de las víctimas, el trabajo de la prensa y reportajes como el suyo servirán para abrir la caja de Pandora y eliminar el miedo. «Para mí, este documental ha sido muy doloroso, pero al tiempo sanador».

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