Telefónica diseña un big data para optimizar la oferta turística a lo largo de la Ruta Jacobea
En muchos pueblos de León se pueden encontrar hoteles, restaurantes y albergues que atienden a los peregrinos en su ruta por el Camino de Santiago, establecimientos en los que el turismo es su principal fuente de ingresos.
De hecho, Castilla y León cuenta con un rico patrimonio artístico-cultural y paisajístico que atrae a turistas de todo el mundo y cada vez se hace más indispensable diseñar estrategias para potenciar ese turismo y fidelizarlo. Para este cometido, Telefónica ha diseñado a Luca, la unidad de big data de la compañía que actúa como un potenciador del turismo porque permite a los entornos rurales conocer mejor al turista y ofrecerle los servicios que necesita
Dentro del proyecto Territorio Rural Inteligente Telefónica ha implementado tecnologías de big data y las ha incorporado a la plataforma smart rural de Telefónica para este proyecto, con el objetivo de optimizar los recursos disponibles y obtener conocimiento de todos los datos generados en dichos entornos.
«El big data puede ser un gran potenciador del turismo porque permite a estas localidades prever cómo es el turista que va a venir, conocerlo mejor, y a través de ese mejor conocimiento ofrecerle lo que realmente necesita», señala Elena Díaz, Global Analytics Centre of Excellence Delivery Manager de Luca, quien incide en que en el caso del Camino de Santiago se ha realizado un análisis desde dos perspectivas. Desde el punto de vista sociodemográfico, se analiza «cómo es la gente que está en un determinado lugar, su, género, su edad, su poder adquisitivo, su lugar de residencia, por ejemplo, la provincia de la que vienen los peregrinos nacionales e incluso el país de procedencia de los internacionales».
En segundo lugar, desde el punto de vista de su comportamiento en los destinos, se estudia «cuánto tiempo suelen estar en cada uno de los municipios, si pernoctan en los mismos o no, etc.».
De esta manera los municipios pueden prever qué número de plazas hoteleras o cuántas camas disponibles van a necesitar en los albergues en cada periodo, qué idiomas deben hablar en las oficinas de turismo, etc.
Otra de las aplicaciones que tienen los proyectos de big data es, por ejemplo, analizar las rutas entre diferentes destinos. Se puede conocer si hay suficientes líneas de transportes entre dos municipios en determinadas temporada o si sobran algunas. Esto permite a los ayuntamientos adaptar los medios de transporte en función de las necesidades reales de la población.