Diario de León

TELLO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ ARTISTA

«El fracaso del hombre es la maldad, pero no la enfermedad y la muerte»

Su llegada a La Bañeza y su inicio en la pintura son fruto de una enfermedad, un infarto cerebral que le dejó, entre otras secuelas, una hemiplejia. Tello González, natural de Arcayos, inaugura esta tarde una exp

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Alberto Domingo Redacción - LA BAÑEZA.
León

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-¿Cómo fue su llegada a La Bañeza? -A partir de la enfermedad que sufrí, me encontraba solo y la atención que recibía era deficiente. Me hablaron de esta residencia y, por otra parte, ya había trabajado con Mensajeros de la Paz, por lo que conocía su ideario, con el que coincido. Decidí venir, entre otras cosas, porque esta es mi tierra. Me pareció que me trataban bien y ahora espero pasar lo que me queda de vida en paz. -¿Cómo es su pintura? -La hay de muchos tipos, pero en ningún caso realista, porque en este estilo considero básico el dibujo y me daba respeto. Así, he buscado estilos en lo que predomina el color y la luz, en paisajes y experimentos de color. Me encanta la naturaleza, algo que destacaba especialmente en Aranjuez, donde trabajé durante más de 30 años, por lo que hay mucha influencia de su medio ambiente en lo que pinto. El subconsciente me recuerda mucho aquellos paisajes. -¿Qué reflejan sus cuadros? ¿Cuál es su mensaje? -En uno de ellos represento las fases de la vida. La etapa adulta está representada por árboles robustos, que significan la fuerza de esta etapa; en cambio, la juventud está representada por otros de muchos colores, mientras que la tercera edad se simboliza con un árbol vetusto, pero que da fruto, por eso le he puesto una parra a su lado, porque es el tiempo de recoger el fruto de toda una vida. Además, cada edad tiene un color de fondo: el verde, para la juventud, el azul para la madurez y el dorado para la tercera edad. Hay cuadros que reflejan mi forma de pensar y sentir. En otros sólo busco el disfrute de la naturaleza y en algunos he realizado un ejercicio cromático, como en el caso de Colores jugando a la conga. -Ese dorado me sugiere que, para usted, la vejez no es un etapa negativa. -Desde luego, para mí se trata de algo positivo. De un tiempo en el que no puedes abandonar las ilusiones y las aspiraciones, porque, si así sucede, es cuando envejece el alma. -A usted, con su enfermedad, ¿qué ilusiones le mueven? -Vivir en paz y aprovechar la enfermedad para tratar de sanar la vida, en el sentido de que una enfermedad te enseña a ver la vida y sus avatares desde otro punto de vista. Lo primero que descubrí tras perder la salud es que hay cosas que cuestan mucho y valen poco y viceversa. Lo que verdaderamente tiene valor no tiene precio: la amistad, los demás, la naturaleza... Como recoge el dicho, sólo los tontos confunden el valor con el precio». -Volviendo a temas artísticos, ¿podríamos decir que su pintura es psíquica? -Cualquier actividad de esta naturaleza te expresa a ti mismo, incluso tus dolencias, por mucho que quieras disimularlo. -¿No le da cierto pudor esa desnudez de su intimidad reflejada en sus cuadros? -No me produce ningún reparo, quizá por mi forma de pensar y mi educación. Creo que la enfermedad y la muerte no son un fracaso. Sólo la maldad es el fracaso del hombre. -¿Hasta que punto pintar le ha servido como terapia? -Acudí a ella pensando en la necesidad que tenía de recuperar la atención y la percepción, que perturbaron mi enfermedad. Cuando se lo propuse al equipo médico que me atendía me dijeron que iba por buen camino y me sirvió para adecuarme al nuevo concepto de tiempo que supuso el parón en mi actividad normal. La experiencia pura del tiempo es muy aburrida. Su transcurso es inmensamente lento y necesitaba algo como esto. -También contempla a Dios en su obra. -Aprecio mucho una crucifixión, en la que reflejo la sensación de asfixia del crucificado y una corona de espinas fea: un manojo de espinos, puesto para mortificar a Cristo. Leía yo entonces la Cristología, de Martín Descalzo, que destacaba estos aspectos. También he pintado una cruz muy fea, porque, aunque resulta desagradable, sólo por la cruz se va a la luz y por eso la irradia por todo el cuadro.

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