El alcalde de Villarejo exige a la Junta que cumpla el plan de reconversión prometido lo antes posible

El alcalde de Villarejo de Órbigo, el socialista Tomás Vaca, lamentó el cierre del centro de recepción de remolacha de Veguellina y criticó a la empresa por su actitud. «Ebro se la jugó a los sindicatos con el acuerdo del cierre de la azucarera en el 98 y ahora otra vez con ésto», manifestó. Vaca indicó que con esta medida «se acaba la centenaria relación de la azucarera con Veguellina, lo cual es una pena y demuestra que todo lo que se hizo el año que cerró la actividad principal no sirvió para nada». El centro de recepción de remolacha sólo estaba abierto durante la campaña y en él sólo trabajaban una decena de trabajadores fijos-discontinuos. «Sin embargo, Veguellina lo va a notar, porque se perderá el tradicional movimiento de remolques que ofrecía algo de negocio a los comercios de la localidad», apuntó el alcalde.Tomás Vaca también recordó que el municipio «está pendiente» de las promesas de reindustrialización de la Junta de Castilla y León, pero que «aún no se han hecho realidad». Inversiones pendientes La Junta prometió ejecutar el polígono industrial del municipio y dedicarlo a empresas agroalimentarias. «La zona industrial apadrinada por Valín está aún sin terminar y me temo que no estará hasta las elecciones autonómicas del año que viene», apuntó Vaca. El otro proyecto estrella de la Junta es una pequeña planta piloto de investigación de combustibles biotecnológicos que se instalaría en el polígono, como recambio al gran proyecto de bioetanol de Salamanca que también voló de Veguellina. «De este tampoco tenemos ni noticia», terminó el alcalde de Villarejo.