El potencial agrícola de una tierra que dará que hablar en el siglo XXI

Emilio Gancedo disfrutó sobre la palestra. De nuevo fue él el orador encargado de poner de relieve la importancia y la transcendencia que el Páramo puede tener en el siglo XXI. «Nosotros hemos vivido este cambio», apuntaba el periodista. Mientras, entre el público, la gente asentía corroborando con un murmullo la validez de sus palabras. Reiteró, asimismo, el valor historiográfico de la obra El siglo de León, todos sus pueblos y sus gentes ya que «en ella se recogen las historias verdaderas, aquellas que vivieron las gentes de Laguna Negrillos y que día a día fueron forjando el carácter de sus gentes». Una historia que ya una vez quedó desterrada del paisaje en los años 50, cuando llegaron la maquinaria, el cemento o los ladrillos para desterrar, desde los cimientos, aquellos hogares fabricados con mano de adobe. Emilio Gancedo, con nostalgia, con tristeza, criticó aquella conducta «se destruyó parte de nuestro pasado al derruir aquella arquitectura». Igualmente, Emilio Gancedo pidió la cooperación de todos los vecinos de este pueblo ya que, «la parte del Páramo no está todavía cerrada y seguro que muchas de las fotos y recuerdos que tienen guardados en viejas cajas de galletas servirán para mostrarnos hoy, como éramos ayer». De aquel Páramo de nuestros antepasados quedan los recuerdos de la descapitalización, de la emigración, de la búsqueda del maná del cielo que injustamente fue negado, el duro trabajo de la tierra, forjando manos desde la infancia, edad a la que, en el Páramo, los niños ya conocían el valor de la auténtica amistad. Y de eso Laguna de Negrillos sabe mucho y, al igual que el gran potencial agrícola del siglo XXI del Páramo, dará mucho que hablar en este siglo que nos ha tocado vivir.