Vicente Pueyo destacó la historia de las gentes laboriosas del Curueño

El torreón medieval de La Vecilla, que acoge hoy diferentes dependencias municipales, acogió una de las últimas charlas con las que el Diario de León ha querido acercar a los pueblos leoneses los planteamientos y el contenido de una de sus iniciativas más ambiciosas, El Siglo de León. Todos sus pueblos y sus gentes. En este caso se trataba del capítulo concerniente a los pueblos del Curueño. El río es aquí referencia clave, eje de vida que marca esa historia íntima que se ha querido recuperar en este gran reportaje en el que los protagonistas son las gentes laboriosas y sencillas. En la Vecilla estuvo Vicente Pueyo, redactor jefe de Diario de León y coordinador de éste capítulo. Y, junto a él, el alcalde de La Vecilla, Francisco Rojo, y Miguel Ángel González Castañón, hijo de Valverde de Curueño y profundo conocedor de la zona sobre la que ha escrito en numerosas ocasiones. Radiografía de la vida En él se simbolizaba la importancia que, para componer este trabajo, ha tenido una colaboración desprendida y animosa por parte de tantas personas que permitieron ir construyendo lo que el conferenciante definió como una radiografía de la vida a pie de obra. Una radiografía necesariamente imperfecta pero en la que se atisban los avatares de la vida con todos sus claroscuros. Este capítulo nace, en Vegarada, en las fuentes del Curueño, y se desliza corriente abajo hasta que el río ya se remansa aguas abajo de Santa Colomba. Y en ese camino se van entrelazando testimonios, recuerdos y vivencias de gentes como Tomás y Teodoro, de Redipuertas, o de Rufi, en cerulleda, el último que se casó en la iglesia de San Vicente. El alto Curueño es también ejemplo de una zona que se niega a tirar la toalla, aunque los lacerantes efectos de la despoblación han marcado y condicionan presente y futuro. Gentes, en suma que son las importantes, las que construyeron un siglo duro y cruel, pero también en solidaridad y amor al trabajo.