Los peores resultados se dieron en zonas de montaña

En los acotados de la zona Norte y Noroeste, donde la orografía se empina y aparece el monte bajo, los resultados fueron algo peores. Las lluvias caídas en días pasados mantienen mucha humedad en las umbrías y la niebla hizo acto de presencia en determinadas zonas, estropeando la jornada. La perdiz aquí tampoco es capaz de criar como en los campos de trigo y de barcillares, ya que encuentra mucha más dificultad en sacar adelante y alimentar polladas numerosas. La situación de abandono de cultivos en el monte puede paliarse realizando siembras selectivas roturando ciertas zonas en dónde las patirrojas siempre han tenido querencia. En todo caso sí se cazaron perdices y, sobre todo, pudieron verse algunos bandos tanto de rubias como de pardas, aunque estas últimas no pueden cazarse en esta temporada. Mucha anátida y poco conejo Además de las liebres y de las perdices, auténticas protagonistas de la caza menor, en los humedales y regueros son muy numerosas las anátidas, especialmente los patos azulones. Abundan hasta tal punto que de cualquier charca puede salir de improviso una pareja de patos o incluso todo un bando. En el curso bajo del Esla, por debajo de Valencia de Don Juan, la entrada de patos fue espectacular, abatiéndose muchos ejemplares en las mangas y charcas aledañas al río. Se han cazado también numerosas palomas torcaces en las choperas de los ríos y en los montes de encina. Por el contrario los conejos de monte siguen con su crónica escasez.