Una zona con muchos reconocimientos ambientales

La posibilidad de que el área a declarar como Reserva de la Biosfera abarcase mucho más allá de los terrenos incluidos en el Parque Nacional de los Picos de Europa, ya fue manifestada tiempo atrás por el Gobierno del Principado de Asturias. Un ejecutivo que abogó por incluir todos sus municipios de la Cordillera Cantábrica (algunos de ellos cuentan ya con la distinción) sin que en su momento fuese llevada la propuesta a la Asamblea de la UNESCO del pasado día siete de noviembre. Una cita en la que, finalmente y con equívocos en la comunicación, tampoco fue confirmada la declaración como tal del parque nacional. Actualmente en el área del parque regional gravitan varias normativas de conservación, además del vecino Parque Nacional de los Picos de Europa, desde su inclusión en la Red Natura a su declaración como zona de especial protección para el oso pardo, pasando por Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), lugar de interés comunitario (LIC) y Área Importante para las Aves (IBA). Parece pues poco probable que su declaración como Reserva de la Biosfera pudiera suponer un incremento sustancial de las restricciones establecidas con anterioridad a la misma sobre uno de los territorios considerados ambientalmente mejor conservados de toda España. Algunos colectivos ecologistas ya manifestaron cuando en su día se propuso que el parque nacional fuera considerado Reserva de la Biosfera, su temor a que este tipo de declaración y reconocimiento de rango internacional supusiera un incremento y una masificación del turismo registrado por la zona así declarada.