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Dieciocho años del asesinato sin resolver de Sheila: «Esa bala cambió nuestras vidas»

La familia denuncia la injusticia que se puede hacer con una pistola o «con un bolígrafo sentado en un despacho»

Lugar donde ocurrió el crimen, entre Villablino y Degaña, con una pancarta recordando el primer aniversario del asesinato. C. VERGARA

Villablino

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Desesperación, impotencia y un dolor inmenso siguen marcando el día a día de la familia de la joven Sheila Barrero cuando se cumplen 18 años de su asesinato, una eternidad sin respuestas pero con una constancia: «Ese proyectil terminó con parte de nuestro ser, cambió nuestras vidas y nos puso de frente la puta realidad, la de las grandes injusticias que el ser humano puede hacer con una pistola en la mano o con un bolígrafo sentado en un despacho».

El cadáver de Sheila Barrero apareció con un disparo en la cabeza en la madrugada del 25 de enero de 2004 en el aparcamiento de un área recreativa en el Alto de la Collada, en la carretera que une Villablino y Degaña, localidad asturiana donde residía la joven, que volvía de su trabajo en un pub de Villablino. Su cadáver fue descubierto por su hermano en el interior de su vehículo. «Este día te remueve las entrañas, te traslada a ese día al que no quieres regresar», destaca la familia de Sheila, que en cada aniversario siente que «ese proyectil terminó con tus ilusiones, con tantos deseos por cumplir, con tantos viajes por planificar, con una vida por caminar».

En el año 2008, el Juzgado de Instrucción de Cangas del Narcea y la Audiencia Provincial de Asturias decidieron archivar el asunto por falta de pruebas. Sin embargo, la causa fue reabierta en 2015 para la práctica de nuevas diligencias con nuevos avances tecnológicos.

Tras prestar declaración, los agentes del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil ratificaban en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Cangas del Narcea que los residuos de disparo hallados en el exnovio de la joven coinciden con las partículas del casquillo que se localizaron en el vehículo de la víctima, lo que conlleva a tres hipótesis «realizó el disparo, manipuló el cuerpo de la víctima ose encontraba a menos de metro y medio cuando se disparó».

El Juzgado de Cangas del Narcea decretó el sobreseimiento provisional y archivo de la causa, a petición de la Fiscalía, al considerar que las nuevas diligencias practicadas para intentar esclarecer los hechos no permitían realizar una acusación formal contra su exnovio, única persona investigada por el crimen.

La Audiencia provincial de Asturias siguió la misma línea al desestimar el recurso presentado por la familia de la joven Sheila Barrero contra la decisión del juzgado, sosteniendo que la coincidencia entre los casquillos encontrados en el vehículo y los residuos hallados en las manos del único sospechoso, no son concluyentes.

«Policialmente está resuelto, que no lo quieran juzgar es otra cosa», señaló entonces la familia que lamentó que, tras volver a cerrarse el caso, «no nos permiten ir a un juicio y que ahí se demuestre lo que se tenga que demostrar».

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