Dosi Nistal, la cocinera eterna

Dosi Nistal, natural de Astorga, no refleja ni aparenta su edad; su vigor y pasión, cuando la conversación comienza, reflejan el joven espíritu que aún es. «Todas estas cosas, que tanto me gustan y apasionan de la cocina, son las que me hacen mantenerme y sentirme tan activa», explica con una sonrisa en su cara. Sonrisa que es el vivo e inequívoco reflejo de haber convertido en amor esa dedicación a los fogones. La biografía de Dosi es tan amplia, como sus 80 años y tan repleta de ricas vivencias, como lo son sus recetas y platos.

«Yo llevo los genes de mi abuela Estefanía que tenía, como se llamaba antes, una casa de comidas. Nací entre tarteras de bacalao, carne, pulpo…lo que se preparaba entonces», comienza contando. Todos esos olores y sabores, tan tradicionales y casi perdidos, junto a las enseñanzas que la abuela Estefanía dio a aquella, por entonces muy niña Dosi, hicieron que la cocina, fuera su ilusión ya para siempre.

Dosi recuerda que fue su abuela quien le dio «ese cariño hacia la cocina» y rememorando esa casa de comidas que su abuela regentó en Astorga, cuenta que siempre recuerda lo que le decía todo el mundo: «Qué bien se come aquí». Sus recuerdos de aquella época siempre son de personas felices, «porque allí la comida, así les hacía sentir».

Tras el paso por las cocinas de su abuela, Dosi comienza a estudiar, en 1998, poco después de perder a su esposo, en la escuela de Karlos Arguiñano, «con cincuenta y tantos años, pero con la ilusión de una joven de quince».

Todas esas vivencias el lector las puede descubrir en las primeras páginas de su primer libro de cocina: La Cocina con Buen Gusto , 2010, editado por Imagen León. Esos recuerdos influyeron en ella, y de una manera tan importante, que hoy casi 70 años después, y ya con la sabiduría de una luchada vida, Dosi les rinde homenaje con la publicación de su segundo libro de cocina: Mis Recuerdos-El Aroma de tus Guisos , 2021, editado por Fotocopias Marpe.

Aunque, a primera vista, pueda parecer un sencillo libro de recetas, lo es y no lo es. Es un sencillo libro porque sus protagonistas, las pocas abuelas de más de 90 años que aún quedan en los olvidados y recónditos pueblos de la provincia leonesa, lo son. Pero a su vez, la preparación, la dedicación, el esfuerzo y la increíble labor antropológica, que ha supuesto para Dosi realizar este libro, admiten para ser descritos, muchos adjetivos, muchos, pero no el de «sencillo».

«Yo ya soy mayor y nunca he tenido carné de conducir. Así que para ir a todos esos pueblos, a veces muy lejanos, tenía que recurrir a autobuses, y cuando no había línea regular hasta ellos, llamar a un taxi para poder acercarme; y, cuando había acabado, a otro para traerme». La principal idea de Dosi al proyectar este libro y su principal propósito, era «que no quedase en el olvido la labor de estas abuelas que, con muy poco, apenas nada, hacían mucho. Eso era, y ahora debería ser, una auténtica lección de vida y valores. Con cuatro cosas muy humildes, ponían hasta doce platos para comer, porque las familias eran muy numerosas por aquel entonces».

Esa idea y propósito, están más que realizados con esta obra. El libro es una auténtica joya, tanto por las recetas que contiene; patrimonio, más allá, de la simple historia culinaria rural de la provincia de León, como por la forma de presentarlas.

Al abrir el libro, el lector se encuentra con una introducción y prólogo, donde Dosi Nistal cuenta la «auténtica aventura» que ha supuesto la realización de esta obra; y presenta a todas las abuelas que ha conocido. Estas protagonistas, además de sus recetas, también le han contado sus vidas, la mayoría pruebas de la dureza y sencilla pobreza con la que se vivió en esos pueblos, en un pasado no tan lejano. Pero el mayor tesoro de este libro, quizá, sean cada una de sus páginas izquierdas, una vez empiezan las recetas.

En ellas, cada receta, aparece de puño y letra de las abuelas, explicadas con la sencillez de sus palabras; y en la página derecha, la receta completada con las cantidades de ingredientes, y los pasos a seguir en la preparación de las mismas. Una maravillosa, y a la vez hermosísima traslación, del pasado al presente, sin perder un mínimo de esencia por el camino.

Este homenaje a las abuelas, a través de sus guisos y de sus recetas, es también un tributo tanto a la sencillez de una cocina que no ha de perderse, como a un tiempo y modo de vida que ante nuestros ojos se desvanece. Porque cuando muera la última de esas abuelas, con las que Dosi convivió, morirá la verdadera esencia; y con ella, la raíz de lo que es la gastronomía de la provincia de León.