Celadilla del Páramo recupera su boda antrueja

Celadilla del Páramo celebró este sábado  una peculiar boda . Dos parejas jóvenes se casaron por el Rito Antruejo. La ceremonia estuvo oficiada monseñor Aureliano Alegre, Cardenal Primado del Antruejo Leonés, asistido por varios diáconos y monaguillos. La celebración pretende rememorar la manifestación antruejil en los pueblos del norte paramés durante los meses de invierno, entre Navidad y Cuaresma.

Según un testimonio recogido en la localidad de una persona octogenaria, «en los casamientos que tenían lugar en época de carnaval, se hacía la carnavalada, que consistía en el carro tirado por cuatro o cinco burros engalanado con cascabeles, telas de colores y mucha parafernalia. Se subía a los novios y los padrinos y se los paseaba por el pueblo. Algún mozo, para hacer el guirrio, les ponía maderos y obstáculos cuando pasaban. Luego acompañábamos a los novios a su casa y nos invitaban». 

Pues todo esto y mucho más se volvió a vivir este sábado en Celadilla del Páramo con una gran expectación.

Los actos comenzaron a la una de la tarde con un pasacalles con el cortejo recogiendo a los novios en sus casas para llevarlos a la plaza donde se ofició la Misa Antrueja y se contó el Ramo —que junto con el Canto del Ramo de La Rosca y otras canciones han sido recuperadas para la ocasión por Carlos Luis Santos—.

Acabada la ceremonia, los mozos pasearon a las dos parejas de ya recién casados en un carro engalanado tirado por un burro.

Posteriormente, hacia las tres de la tarde tuvo lugar el convite para unas 150 personas, que disfrutaron de un menú típico a base de patatas con congrio, caldereta de cordero, postre hojaldrado con cabello de ángel y regado con vino Prieto Picudo de Pajares de los Oteros.

Bailes y cantos tradicionales de bodas de antaño ocuparon la sobremesa.

Después se corrió El Rosco y El Mondo y se baile y se contó La Rosca.

La fiesta siguió por la noche con el juego de los cartones y concluyó con un baile de disfraces y degustando una chocolatina con flores y orejas de carnaval.

Fue, pues, una jornada de fiestas como las de antaño. Un día para recordar y para el recuerdo, para recuperar una tradición en torno al carnaval que los más jóvenes pudieron conocer por primera vez.

Durante el cortejo y en la propia ceremonia de la boda muchos vecinos acudieron con sus rostros ocultos por sencillas caretas. Otros con trajes típicos. Tampoco faltó la música con un grupo tradicional que abría la comitiva. También se vio algún estandarte y un palio hecho para la ocasión.

El evento estuvo organizado por el Ayuntamiento de Villadangos y por la junta vecinal de Celadilla del Páramo y contó con la colaboración de un nutrido grupo de vecinos y voluntarios, sin los cuales no hubiera sido posible.

Los carnavales y antruejos tradicionales eran y son una manifestación cultural y ritual de gran importancia en la provincia de León y cuentan con múltiples y peculiares formas de manifestarse, como esta boda de Celadilla.