Diario de León

CRIMEN EN MANSILLA DE LAS MULAS

Así fue la primera jornada del juicio por el crimen de Paula en Mansilla de las Mulas

-Arranca el juicio por el crimen de Mansilla con la Audiencia abarrotada de público; la acusación particular recuerda que seguramente el procesado estará en libertad con 50 años "pero ella ya no volverá nunca más"; la defensa lamenta que se ponga en tela de juicio los informes psiquiátricos del sospechoso. Al final de la jornada, el acusado, entrado en contradicciones, ha asegurado que no tenía una relación sentimental con la víctima y que tiene vagos recuerdos: el más incriminatorio, su declaración previa y admitir con divagaciones que le asestó varias puñaladas 

El acusado, a su llegada a la Audiencia Provincial. CAMPILLO. (2)

El acusado, a su llegada a la Audiencia Provincial. CAMPILLO. (2)

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"Le pegué yes puñaladas pero  no quería matarla.  No sé si maté a Paula, no me acuerdo de nada. No sé lo que pasó, no recuerdo ni cómo ni por qué. No sé si la maté. Sólo sé que fui a su casa", ha dicho esta mañana el acusado de acabar con la vida de una joven vecina de Mansilla de las Mulas en su domicilio por un ataque de celos. negado que tuvieran una relación sentimental y lo limitó meramente al ámbito sexual. "Estoy muy arrepentido de lo que ha pasado", ha dicho en un momento de su declaración. Los hechos ocurrieron en abril de 2021.

"Todos los días pienso en qué pudo pasar y por qué, pero no recuerdo nada. Tengo un vago recuerdo de hacer un gesto con un cuchillo", explicó haciendo el gesto de apuñalar a la víctima. Por más que intento no recuerdo... no sé si fui el que lo hizo o si había alguien más", dijo el sospechoso.

"No era mi novia", aseguró en otra contradicción con lo que manifestó durante la instrucción. El investigado ha luchado de forma denodada para evitar reconocer que tenían una relación de pareja: “Estábamos de fiesta, pero nunca vivimos juntos ni teníamos vida de pareja. El día a día era la fiesta y la droga”. Sin embargo no ha sabido explicar por qué comió en Navidad con la familia de la joven ni por qué pasó temporadas en casa de la víctima: “Solo eran noches aisladas”.

“No tuvimos nunca interés de pareja. Sólo había sexo, drogas y fiesta que es lo que tuve con ella y con otras mujeres”. Ante la insistencia de la fiscal en remarcar sus contradicciones (negó haber roto la puerta del domicilio de la muchacha en diciembre de 2020) achacó los errores a “los nervios del momento”. 

Ha reconocido el procesado que le mandó unas fotos de Paula desnuda a una anterior pareja de la fallecida, circunstancia que provocó la ruptura de la relación. "No sé qué mandé ni cómo, yo la respeté. Estoy muy arrepentido de lo que ha pasado. No asimilo qué ha podido pasar".

"No me pareció una ruptura. Si lo dije en anteriores declaraciones fue por los nervios del momento", insistió acorralado por la fiscal. "No éramos pareja, yo siempre viví en casa de mi padre", trató de argumentar.

Rechazó también haberle propinado un cabezazo a la víctima antes del episodio del crimen: "Nunca le hice nada, no la pegué nunca", dijo pese a que se le mostró una imagen de  la joven con un moratón notable en la frente. Negó que le hubiera golpeado la cabeza contra el volante de su coche: "Eso no se lo hice yo".

Tampoco supo explicar por qué mandó más de 100 mensajes a la víctima la tarde anterior al crimen, aún no siendo pareja: "Desconozco estas conversaciones, no recuerdo haber escrito nada de eso". Los mensajes conminaban a la joven a pronunciarse sobre la continuidad de la relación: "Usa los condones con otro, de mí ya no te ríes más", llegó a ponerle.

Molesto por el bucle sin fin de la preguntas sin respuesta, intervino el magistrado presidente, Fernando Javier Mullís Tejerina: “¿Recuerda usted alguno de los mensajes que envió?”. El intruso respondió lo que se esperaba: “No”.

La cuchillada que acabó con su vida tenía 18 centímetros de profundidad, según ha recordado la fiscal en su primera intervención. "Paula era de él o de nadie", ha dicho la representante del Ministerio Público. La letrada de la familia de la víctima, Beatriz Llamas, ha sido contundente: "El procesado estará en libertad seguramente cuando tenga 50 años pero Paula ya no volverá nunca más".

La defensa se ha quejado de que las acusaciones pongan en tela de juicio los informes psiquiátricos encargados por el procesado para tratar de demostrar que sufría una enajenación mental. "No es un caso de violencia de género", ha dicho el letrado Enrique Arce. Ha vuelto a insistir en que en el tanga de la joven había restos biológicos de otro varón ajeno al investigado.

Según la versión de la fiscal, en la tarde del día 18 de abril de 2021, agresor y agredida estuvieron juntos, habiendo quedado ambos para verse en el Puente Villarente, yendo después a tomar algo los dos a Mansilla de las Mulas. Posteriormente ella llevó en su vehículo al acusado de vuelta a León a su domicilio, tras lo cual ella regresó a Mansilla de las Mulas, donde estuvo pasando un rato con varios amigos.

Durante ese tiempo el varón llamó repetidamente por teléfono y envió WhatsApp a la joven para saber dónde estaba, con quién estaba y que le contestara.

Hacia la media noche del día 18 al 19 de abril de 2021, el acusado pensó de forma equivocada que ella le estaba siendo infiel y que pudiera estar con otro hombre, movido por su sentido de posesión o dominación sobre ella, cogió su vehículo hasta casa de la víctima para intentar supuestamente sorprenderles.

Cuando llegó, rompió el cristal de la puerta del portal con una patada, abriendo así la puerta y accedió al interior del inmueble, para a continuación subir al piso de ella, donde dio una patada a la puerta de la vivienda y fracturó la misma entrando en la casa, sin el consentimiento ni autorización.

Ya en el interior de la vivienda, comenzó una discusión con ella dirigiendo reproches a ésta («¿Dónde le tienes, dónde está escondido, con quién estás?» o expresiones similares), buscando por todas las partes de la casa a ese supuesto hombre, sin encontrar a nadie, dado que ella estaba sola en su domicilio. 

A continuación reclamó que le dejara ver el contenido de su teléfono móvil, a lo que se negó, tras lo cual se inició un forcejeo por el teléfono.

La discusión siguió y él le propinó a ella un cabezazo. Después salió de la vivienda, bajó hasta su vehículo y volvió a subir. Entró en casa de ella sin permiso. Con un cuchillo que había cogido de la cocina, se dirigió a la habitación donde estaba la joven y la tiró a sobre la cama.

Una vez ya incorporada ella, sin más, con intención de causar la muerte de ésta, de forma sorpresiva, repentina y sin posibilidad alguna de defensa por parte de la mujer, haciendo uso del cuchillo, le asestó tres puñaladas en la zona de la espalda (región dorsal), fracturándose el arma de tal modo que la hoja (separada del mango) quedó incrustada.

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