Diario de León

CARTA TE ESCRIBO

Centenario del Padre Blanco

Publicado por
MARTÍN MARTÍNEZ
León

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Querido hermano: ¡Vaya semana hermosa que nos ha caído¡ En el Teleno nieve y en Astorga las falispas envueltas en temperaturas que anuncian los pronósticos del paisano de Turienzo que vio los morrillos del Valimbre ennegrecidos. De aúpa dicen que será. Semana ajetreada a más no poder, querido. Anduvimos de predicación por tierras vascas -sin mentar a Ibarreche- en el Hogar Leonés , en torno a las peregrinaciones y la Vía de la Plata, ese divieso que le ha salido a Astorga y demás pueblos hasta Benavente. Hubo, también, cocido maragato que lo bordó Ángel Luis, dejando ahitos los estómagos de los vasco-leoneses, dominados por gentes de la Montaña, que da la sensación que bajaron todos a las estaciones del hullero para ver el mar en la ría. Semana esta en la que se fraguó una de las grandes aspiraciones de Juanjo, nuestro alcalde. Germán Gullón y sus hermanas, con absoluta generosidad, decidieron que todo el patrimonio cultural de su padre, Ricardo, viniera a su pueblo; gratis et amore ha sido la donación y ya está en Astorga, como pionero de lo que se quiere sea el centro cultural, investigador y punto de referencia para la ciudad, en la Casa de Panero. Le seguirá el legado de Evaristo Fernández, y más, ya lo verás. Anduvimos ayer por Cacabelos que entregaban a Manolita el título de Hija Predilecta de la villa; y hubo astorganos en el acto que por algo vivió aquí, y aquí colaboró intensamente en la vida cultural astorgana. Manolita se merecía esa asistencia. Y en esta semana, hermano, hemos tenido, el memorial y recuerdo de aquel genio astorgano, tan olvidado de todos nosotros que fue Francisco Blanco García; él que ha sido la referencia literaria y cultural del siglo XIX y al que conocemos por el Padre Blanco, su calle y poco más. Un rapaz astorgano, nacido en 1864, del que decían era más listo que el hambre; alumno, primero en el Seminario astorgano con los meritisimus que ha descubierto Carro Celada, trasvasado pronto a los agustinos de Valladolid, La Vid y El Escorial, donde dejó señales indelebles de su paso, a pesar de su corta vida -39 años- que dejó en los altiplanos de Jauja del Perú. El padre Blanco ha sido honra y prez de las letras astorganas; gigante de la crítica literaria quien, con solo 26 años, dejó a la intelectualidad su magna obra La literatura española en el siglo XIX que mereció los elogios de Menéndez Pelayo, la Pardo Bazán y otros muchos, algo insólito por aquellos años a pesar de Clarín y del padre Getino, aquel dominico de Lugueros que tenía al astorgano entre ceja y ceja, acaso más por el pulso que las dos congregaciones mantenían que por otra cosa. Hoy, precisamente, 30 de noviembre, se cumple el centenario de su muerte en tierras piruleras. Como en Astorga todo era indiferencia, el centro Marcelo Macías ha querido recordarlo como es debido. Conrado Blanco, el Cronista Oficial de La Bañeza, habló el jueves sobre las relaciones del fraile maragato con la ciudad hermana, con el padre Miguélez, otro gigante agustino y Jacinto Verdaguer, a quien los dos leoneses protegieron en su desgracia. El viernes, destacó la figura del padre Blanco, como religioso, crítico literario y biógrafo de Fray Luis de León, Fray Teófilo Viñas, actual director de La Ciudad de Dios , revista escurialense que el astorgano dirigió varios años. Y ayer se presentó en facsimil su obra póstuma Fray Luis de León , reeditada por el Marcelo Macías y presentada por el alcalde Alonso Perandones y monseñor Velado Graña, autor del prólogo a esta edición. Por cierto, el jueves don Bernardo presentó su gran obra Beth-Lehem. La Navidad en el tercer milenio de la Iglesia . Como ves falta espacio, pero no quería obviar ese centenario de un ilustre astorgano.

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