El pueblo agasaja a los novios

La capital de la Maragatería vivió ayer los momentos previos a una de las costumbres míticas de la zona: la boda maragata. El enramado de las puertas del Ayuntamiento y de la sede de la sociedad Casino, como hipotéticas viviendas de las que hoy partirán rumbo al casorio el novio y la novia, respectivamente, se convirtió por la mañana en motivo de curiosidad para numerosos ciudadanos y visitantes. La organización entremezcló lazos de color blanco entre la hiedra que formaba el adorno, y que ocupaba dos contenedores de tamaño medio. Ya por la tarde el lanzamiento de cohetes anunció la proximidad del enlace matrimonial, que los maragatos festejaron recurriendo a sus danzas ancestrales al ritmo de la música de castañuelas, flauta y tamboril. Los bailarines formaron un círculo en la plaza Mayor alrededor del cual se fue arremolinando un nutrido público que no perdió detalle de sus evoluciones. Como colofón a la cita, los propios maragatos repartieron en grandes cestas de paja más de dos mil mantecadas cedidas por la IGP Mantecadas de Astorga y 50 kilos de confites regados con vino dulce, en una suerte de invitación popular previa a la boda. Los actos de ayer pretendieron emular los que antaño se prolongaban a lo largo de varios días: la lectura de las proclamas que revelaba para muchos el próximo enlace y permitía pronunciarse a quienes pudieran estar en contra de él, el rastro de paja que unía las casas de los novios y que los mozos del caldo colocaban furtivamente durante la noche para dejar al descubierto la celebración inminente del casamiento, o el canto de canciones tradicionales dirigidas en muchas ocasiones a la futura esposa. Pero el día grande del fin de semana maragato será hoy con la boda, que comenzará a las 11.30 horas con la ronda de flauta y tamboril. El desfile del cortejo nupcial comenzará al estallido de los cohetes. Los padrinos, Antonio Martínez y Rosario Beneitez, recogerán a los novios, Carmen Manjón, concejala de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Oviedo, y Rafael Álvarez, presidente de la Casa de León en Madrid. La comitiva, en la que se espera la presencia de, al menos, dos centenares de personas vestidas con los trajes maragatos, desfilará hacia la Catedral interpretando coplas ancestrales que advierten a la novia de su próximo cambio de estado civil. Ante la ausencia de ceremonia religiosa, el casamiento se hará oficial sustituyendo el pañuelo de soltera de Carmen Manjón por el de casada. A partir de este momento, la alegría por la unión se traducirá en rituales como la carrera del bollo, el baile de la rosca, la bendición del trigo, el desfile de los ramos,o el reparto de bollos y vino.