Diario de León
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MARTÍN MARTÍNEZ
León

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QUERIDO hermano: Como estamos en el tiempo el calor aprieta, que es lo lógico en julio; los parameses andan atisbando las nubes, y hacen rogativas para tener agua. Ese reventón del canal los ha puesto contra los morrillos, claman al cielo por si les oye y demandan a la jefa de la confederación agilidad para salvar algunos muebles. Aunque les llegue el agua hoy, según dicen, la rebaja en la cosecha andará en el 20% y un porrón de millones se van por el agujero que inundó los campos de Alcoba. Un canal, hermano, que dejó al descubierto la ineficacia, la incuria y el abandono; de todos, por muchos lamentos que haya realizado un sindicalista perpetuo y además diputado per secula . O ¿no es obligación de los sindicatos agrarios vigilar y denunciar esas anomalías? ¿Qué ha hecho el que preside este cuarto de siglo? Claro que desde la Confederación Hidrográfica del Duero, siguiendo las directrices ministeriales, arrean otra puntada. Que no, que los embalses del Eria y del Duerna ya no tienen razón de ser; y así andamos sin vivir en nosotros; mientras los de la Valdería, el Jamuz y la Valduerna, que ya pueden ir preparando el petate, que las esperanzas se acabaron. A los leoneses el plan hidrológico no les toca. Así, querido, que vamos a aguantar el golpe veraniego , si preciso fuere con sombra de salguera y botijo jimeniego; sigue siendo uno de los mejores remedios y la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero ha dejado las cosas claras; embalses no, y que cada uno se quite la sed como pueda. Esto es como el cuento de la Vía de la Plata, que parece se predica en desierto, cuando hay poblaciones como Zamora o Salamanca que por aquello de estar en la vía les importa un bledo sea vía, ruta, o cordel merinero; después vienen los salmantinos pidiendo árnica para el archivo ese. Pues ahora, también Benavente; en Arévalo nos lo dijeron. Andábamos por allí de parlamento sobre la puesta en valor del Camino Jacobeo Madrileño. Como éste cruza y empalma hacia Astorga con la Vía de la Plata, predicaban las excelencias zamoranas nuestros amigos de Benavente, que allí está el cruce. Ellos nos pusieron al descubierto las miserias humanas del arrimo al árbol de buena sombra. Históricamente -manifestaron- están en desacuerdo con la llamada Red de Ciudades pero... la promoción es la promoción; y allí explicaron los ofrecimientos y ventajas que esas grandes ciudades proporcionan a los núcleos menores al tener una organización plurirregional. Estoy ansioso por ver lo que se acuerda, sobre este asunto, en ese Consejo de Ministros que tendrá lugar en León, pues la zona leonesa de la vía se juega el futuro en este envite. Hay que seguir desmontando ese galimatías de la Red de Ciudades y si preciso fuere acudir, de nuevo, al hombre de Lisboa, a nuestro amigo Antunes que tan buenos servicios nos prestó cuando lo de la Expo lisboeta; por cierto que a Antunes he de pedirle disculpas, públicamente, por el error cometido en la última; en la misma e invocando la conquista de Lisboa a los morabitos por el astorgano Fernando Captivo puse la fecha de 1140; aquello fue siete años más tarde. Y ahora, hermano, cuando hayas leído esta misiva, puedes tomar el auto y buscar por la Vía de la Plata a esos rapaces de San Justo de la Vega que están dando zancadas por ella. Hay que animarles por ese empeño de promocionar este camino con la carrera de relevos que han emprendido en la medianoche de ayer en Mérida para llegar al final del trayecto esta tarde. Vaya la felicitación para Fidel, Ricardo, Roberto, Manuel y Gabriel por esa gesta que van a realizar dándole al pinrel los 500 kilómetros que separan Mérida de Astorga, para dejar las zapatillas en su pueblo. Allí tendrán que sacudirlas como hiciera, en su día santo Toribio; pero con otro significado. Buen camino.

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