Cae parte de una cornisa de la torre rosada de la Catedral, sin daños

El segundo cuerpo de la torre rosada de la Catedral de Astorga perdió, al parecer en la noche del miércoles al jueves, parte de una cornisa que se precipitó al atrio del templo. El incidente, según confirmó el presidente del cabildo, Miguel Sánchez, no provocó daños personales ni materiales, aunque causó inquietud en determinados sectores de la población, tanto por ser la zona bastante transitada por algunos ciudadanos durante sus paseos como por el estado de conservación en el que pueda encontrarse la torre. El tramo de cornisa, que cayó desde varios metros de altura, se rompió en pedazos al chocar contra el suelo. Sánchez, en compañía del arquitecto co-redactor del plan director del templo, Javier Pérez, solicitó la colaboración de la empresa local Constructora Cepedana para vallar la zona, a fin de prevenir posibles nuevos peligros, según señaló. El presidente del cabildo vinculó la rotura de la piedra con los efectos desestabilizadores de la reciente nevada, las heladas de primera hora de la mañana y el calor de la tarde. Además, recordó que la torre «se encuentra en mal estado de conservación, y presenta varias grietas», además de la pérdida de otros elementos arquitectónicos en los cuerpos inferior y superiores, como más tramos de cornisas. Sánchez apuntó que el plan dire ctor preve la restauración de la torre, aunque indicó que ni la Junta de Castilla y León ni el Ministerio de Cultura habían comprometido hasta la fecha aportación ninguna para esta actuación, que ni siquiera cuenta con un proyecto de ejecución específico, señaló. Entrada del museo Además, recordó que la segunda torre, la más cercana a la entrada al museo de la Catedral, fue objeto de recuperación en dos de sus lados, que cuentan con nuevas cornisas, y apuntó que «los otros dos lados no se encuentran tan deteriorados». También indicó que «dos cuerpos del tejado norte permanecen sin adecuar». Precisamente, su cercanía al acceso al museo fue determinante para que fuera elegida antes que la torre rosada para ser sometida a estas obras, dado que también sufría desprendimientos de piedra que podrían haber causado daños a los visitantes de la colección. Sánchez aseguró ayer por la mañana haber intentado, sin éxito, contactar con el jefe del servicio territorial de Cultura, Jaime Lobo, para comunicarle esta situación. Este periódico tampoco pudo localizar a dicho responsable autonómico, y, previo contacto con el gabinete de prensa de la Junta en León, fue informado de que la arquitecta territorial, Amelia Biain, desconocía el incidente a las dos de la tarde de ayer.