El escritor recuerda las pinturas que esconde el retablo y que el público no puede apreciar | Análisis | La reforma del templo |
Colinas pide el estudio y puesta en valor de los restos de El Salvador El mármol tapa la historia
El poeta bañezano señala en un artículo la importancia de los hallazgos realizados en el templo En una época más osc
El escritor bañezano Antonio Colinas aboga por estudiar y conservar los restos hallados en la Parroquia de El Salvador a finales del verano pasado, en un artículo titulado Amar nuestro patrimonio cultural , que recoge el semanario local El Adelanto Bañezano . Colinas anima a preservar los restos de la iglesia en un escrito en el que realiza un repaso sobre el patrimonio cultural de La Bañeza y sus comarcas y en el que da su apoyo particular a los proyectados museos de la indumentaria y joyería y al centro de interpretación de La Bañeza, que se prevé instalar en la fábrica de harinas de la calle de Fray Diego Alonso. «En una ciudad como la nuestra en la que la modernidad ha venido pesando más en nuestra cultura que el pasado remoto», señala Colinas, El Salvador se erige «en un monumento clave para los orígenes» de La Bañeza. El escritor, afincado ahora en Salamanca, señala que las tumbas encontradas bajo el altar «deben ser estudiadas» y recuerda la hipótesis sobre «esa tumba de la que siempre se ha hablado y que quizá nos remite al monasterio que fue antes de la parroquia», además de indicar la posibilidad de que las pinturas que se albergan tras el retablo del templo podrían visitarse «con sólo apartar un par de metros» éste. Colinas insiste que tanto las pinturas como los últimos vestigios encontrados, tanto los enterramientos como los elementos arquitectónicos «son hallazgos [¿] para enorgullecerse, para cuidarlos y promocionarlos». «No sé si habrá en La Bañeza algún otro edificio que se le pueda comparar, pero, en cualquier caso, la cima de El Salvador representa nuestros orígenes más remotos, aquellos en los que se fundamenta nuestro pasado y cualquier hallazgo en él es un tesoro que debemos preservar», escribe en referencia a yacimientos arqueológicos «tan cercanos a nosotros y aún sin rescatar o valorar convenientemente». El reconocido escritor bañezano continúa su artículo describiendo una visita que realizó recientemente al museo de León, en el que encontró «valiosos materiales» que expone la institución, procedentes de la cabecera de comarca y de su área de influencia. «Estoy pensando sobre todo en los mosaicos romanos, como el más hermoso de ellos, el de Hylas y las ninfas , proveniente de la villa de Quintana del Marco», prosigue el artículo. El convento del Carmen Colinas muestra su sorpresa al contemplar en el museo provincial «los cuatro cuadros pertenecientes a lo que fue el Convento de Carmelitas de nuestra ciudad y del que, lamentablemente, no quedan ni sus raíces . El recuerdo de nuestro convento desaparecido es uno de los más lacerantes para los bañezanos», sentencia un Colinas para quien resulta difícil de comprender la desaparición total de «un edificio de tales características». «¡Amar nuestro patrimonio histórico, artístico y cultural¿! Quizá una asignatura aún pendiente por parte de una ciudad que tradicionalmente ha mirado demasiado hacia el día a día, que ha querido centrar su progreso y su resonancia en el jolgorio y la fiesta», manifiesta el autor de Sepulcro en Tarquinia . El reproche que brota de la pluma de Colinas en su artículo para el extra del 75 aniversario de El Adelanto concluye, sin embargo, con palabras de esperanza: «Hoy vemos que los proyectos avanzan, que la sensibilidad crece y que esa consciencia (y conciencia) sobre nuestros valores culturales va en aumento». La Bañeza es en buena medida hija de El Salvador. En el seno de este templo reposa la esencia de un origen del que algo se ha desvelado como fruto de la casualidad. Pero convendría reflexionar sobre si esta oportunidad se ha aprovechado o si, por el contrario, se ha marchado por los mismos raíles que el ferrocarril de la Vía de la Plata. El Salvador es esa madre que ha cumplido años, muchos ya. Pero es su edad la que le ha convertido en una madre acogedora: sus muros rezuman la paz que ansían sus hijos, los bañezanos. Esa mujer fue, al menos, belleza románica y aún conserva ese ábside en el que se reconoce su arte. Ligada a La Bañeza por la historia, las obras iniciadas a finales de agosto y que concluyeron el mes pasado fueron un regalo de un hijo que la ama, pero al que faltó finura por precipitado. En otro tiempo más oscuro estuvieron más acertados al cubrir un suelo de piedra muy bien conservado con madera: aseguraba la comodidad del feligrés y se preservaba un piso de siglos. Cubrir el templo de cemento y mármol, por noble que sea el material y a pesar de que han quedado algunas ventanas abiertas para contemplar los restos, ha sido como pretender dar a una madre ya mayor el cuerpo de una veinteañera mediante cirugía estética. Más parece la conducta de un nuevo rico que la de un hijo fiel. «Las pinturas halladas en un muro detrás del altar mayor podrían contemplarse con sólo apartar un par de metros el retablo» «El Salvador representa nuestros orígenes más remotos y cualquier hallazgo en el templo es un tesoro que debemos preservar» «El recuerdo de nuestro convento desaparecido es uno de los más lacerantes para los bañezanos» ANTONIO COLINAS Poeta y escritor «La sensibilidad crece y esa consciencia (y conciencia) sobre nuestros valores culturales va en aumento»