Casi la mitad de los incendios del año han quemado áreas agrícolas

Más de 460 hectáreas de terreno ardieron este verano, entre los meses de agosto y octubre, en una campaña de incendios forestales que hubiera sido buena para las tierras bañezanas si no se hubiera registrado en la Valduerna el segundo de los incendios más importantes registrados en la provincia. El incendio que afectó a los términos municipales de Destriana y Castrillo de la Valduerna calcinó 380 hectáreas en veintisiete horas, los días 17 y 18 de agosto. La principal consecuencia del siniestro fue la pérdida de 30 hectáreas de arbolado, mientras que se perdieron otras 250 de matorral y 88 hectáreas de pasto. La Consejería de Medio Ambiente declaró el nivel de gravedad 1 del Infocal (Plan de Protección Civil ante Emergencias por Incendios Forestales) y la magnitud del siniestro obligó a utilizar medios de extinción con base en otras provincias de la comunidad autónoma. Sin el incendio de la Valduerna, la comarca habría saldado el verano con unas 80 hectáreas quemadas y con más superficie dedicada a la labor agrícola quemada que forestal. Según los partes diarios de incendios de la Consejería de medio ambiente, de los 19 incendios que registró la zona desde agosto, 9 no tienen consideración de agrícolas, en vez de forestales y afectaron a poco unas 52 hectáreas de las 80 que no ardieron en el incendio de Destriana y Castrillo. De los fuegos de tipo agrícola, el de mayor incidencia se registró en Santa Elena de Jamuz el 12 de agosto, con 20 hectáreas de rastrojo quemadas. El origen El origen del siniestro, como en la mayoría de las ocasiones, fue intencionado. Sólo en dos casos, con independencia del tipo de superficie afectada, no existe la intencionalidad de un pirómano, sino negligencia, al ser motores y máquinas los originaron la actuación de los servicios de extinción: en Castrocontrigo, el 3 de agosto, y en Castrillo de la Valduerna, dos días más tarde. La Bañeza no se libró del azote del fuego, con 10 hectáreas de rastrojo quemadas, el 29 de septiembre. Los municipios más afectados que mayor número de siniestros registraron fueron Castrocontrigo, con seis siniestros, y Santa Elena de Jamuz, con cuatro. En este último caso, se perdieron diez hectáreas de pinos fruto de una repoblación forestal.