PAPONA DE ACERA
Gloria en la ciudad
Un momento clave dentro de la procesión del Santo Cristo del Desenclavo en una imagen de archivo.
No le gusta a León que llueva aunque haya hecho milagros el agua caída del cielo. No lloverá en la ciudad y se perderá León el prodigio, será recuerdo aquella tarde de Sábado Santo cuando en medio de un aguacero universal, ante la desbandada general, acudió la cofradía del Desenclavo a buscar refugio para su Enclavado y abrió el convento su portón, alarmadas las hermanitas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús por los golpes apresurados de los braceros. Vieron allí mismo la aparición, pues quién iba a esperar que se dieran de bruces con el mismísimo Cristo en la puerta, chorreando agua por los cuatro costados. Así que cogieron paños y vendas y enjugaron al Crucificado. Tal vez lo mismo que sucedió en el Gólgota dos mil años antes, cuando bajaron al Cristo del madero, secaron su cuerpo y lo depositaron aromado de ungüentos en el sepulcro, todo había sido consumado. Hoy, con sol, el Desenclavo repetirá el rito recuperado para la ciudad, décadas olvidado. Ante la puerta del Perdón, en la basílica de San Isidoro, bajaran de nuevo al Cristo de la Cruz y la ciudad caminará hacia La Soledad, la procesión que saca la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero, para quien sí habrá milagro este año de sol pues, como el Cristo del Desenclavo, no aguantan el aguacero sus túnicas de terciopelo.
Habrá milagro también para la tercera cofradía que sale el sábado por la tarde en León. Será prodigio para esta Semana Santa de tanta Pasión leonesa, estrenan talla los hermanos y hermanas del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida, y es esperanza y luz de futuro, que se detenga la ciudad entera a contemplar a la Señora de la Luz y reverencie el arte de las manos imagineras de Ana Rey y Ángel Pantoja, gloria a las jóvenes cofradías que renuevan savia casi milenaria.
Será cuando el Sábado Santo se encamine a Gloria y las campanas de la ciudad anuncien la llegada del último día.
Las procesiones del día:
