Así se prepara y así va a ser el Entierro de Genarín
El cortejo procesional profano del santo pellejero, putero y borrachín apuesta por recuperar este Jueves Santo su esencia satírica y literaria, dentro de su recorrido original, pese a haberse convertido en un macrobotellón con 20.000 personas

El paso de Genarín, al pie de la muralla, donde trepa el hermano colgador para depositar la ofrenda.
ORGANIZA: Cofradía de Nuestro Padre Genarín
La comitiva pagana no tiene túnica, pero sí ritual: el que establecieron en 1930 los cuatro evangelistas: Pérez Herrero, Luis Rico, Nicolás Pérez Porreto y Eulogio el Gafas. Estuvo prohibida por el franquismo entre 1957 y 1978, pero no se perdió su espírutu contracultural. Pese a haber degenerado en macrobotellón, su esencia literaria pone el contrapunto a la Semana Santa leonesa.
SALIDA: 00.30 horas desde Puerta Moneda
NOVEDADES: Retoma su recorrido original, aunque sin atravesar la plaza del Grano por el medio, sino por un lateral, ni hacer estación en la taberna del Perrito.
HITOS DE LA PROCESIÓN: Hay cuatro altos para la lectura de los versos: en el crucero tras la iglesia del Mercado; en la calle La Sal, donde se cuentan los 30 pasos y se rinde tributo a Pérez Herrero bajo la lápida con su efigie; delante de la Catedral; y en la muralla. En este punto, el hermano colgador trepa a la muralla, donde el camión de la basura atropelló a Genarín, y deja la ofrenda: pan, queso, una naranja y una botella de orujo.
(Pinchar en el icono cuadrado de 'Ampliar Pantalla' -arriba, derecha- para empezar a ver el gráfico desde el satélite)
Genaro Blanco Blanco vuelve sobre sus huellas. Cuando apenas quedan 5 años para que se cumplan el centenario de la primera salida, la cofradía de Genarín se agarra a la esencia del ceremonial que forjó la leyenda de un viejo pellejero, borrachín y putero hasta convertirlo en santo profano. Como todos los Jueves Santo desde 1930, con las excepciones entre 1957 y 1978, decretada por el franquismo, y la de 2020 a 2022, debido covid, el cortejo recorrerá el casco histórico de la ciudad para seguir la senda que recorría el borrachín, entre paradas y versos burlescos, como dejaron mandado los cuatro evangelistas, ajenos al macrobotellón que cita a más de 20.000 personas en el que ha degenerado.
Sin la pantalla gigante de la última cita, ni otros inventos, la procesión apenas traicionará en su itinerario la entrada en la plaza del Grano y la estación de penitencia de la antigua taberna del Perrito, donde Genarín empezaba su ronda, a los pies del Barranco, conocido como Apalpacoños por albergar entonces en su trazado sinuoso en cuesta las casas de putas, aunque en el callejero oficial se conozca como Don Gutierre.
No la cruzará, para evitar problemas de seguridad ante la alta congregación de gente que se da cita en este punto, pero sí que discurrirá por su costado, bajo el soportal del único edificio tradicional que queda en el enclave, después de hacer una primera parada en el crucero que hay detrás de la iglesia del Mercado.
Hasta el crucero de la plaza del Grano, el cortejo, que partirá de Puerta Moneda alrededor de las 00.30 horas tras la cena de los cofrades, llegará por Herreros y Capilla. Leídos los primeros versos al pie de la cruz, la procesión saldrá por Juan II para enfilar la cuesta de Fernández Cadórniga y, Zapaterías mediante, atravesar la plaza de San Martín, meterse en Plegaria, seguir por Platería y Cardiles hasta entrar en la Paloma. Apenas anunciada esta calle, la comitiva cumplirá con el segundo rito: meterse por La Sal, contar los 30 pasos y leer los versos bajo la placa de Pérez Herrero, uno de los cuatro evangelistas junto a Luis Rico, Nicolás Pérez Porreto y Eulogio el Gafas.
Marcha atrás, la procesión saldrá de nuevo a la Paloma para desembocar en la plaza de Regla como Genarín manda: delante el estandarte, seguido de los cabezudos que emulan a los cuatro evangelistas y tras sus huellas los cuatro pasos a hombros: la muerte, la cuba, la Moncha, en homenaje a la puta con la que se solía encamar el santo pellejero, y como cierre Genarín.
Ante la Catedral se hará otra pausa literaria: uno de los elementos esenciales, como muestra la apuesta por el concurso de versos burlescos que este año se leerán, el Viernes de Dolores, alrededor de las 20.00 horas, bajo el soportal del mercado de la plaza del Conde. Aunque todavía queda el último tramo de la procesión, que tomará por Cardenal Landázuri, antigua Canóniga Vieja, hasta la curva del fondo en la que, rebasadas las Clarisas, se convierte en Convento. En este punto aparece el leve retoque en el itinerario para hacer escorzo a la derecha por Santa Marina y salir extramuros por el Arco de San Alvito.
Fuera de la muralla, los acompañantes del cortejo tendrán que torcer a la derecha. Sólo el hermano colgador podrá girar a la izquierda para, acompañado de los responsables de la cofradía, trepar a la muralla para dejar la ofrenda: pan, queso, una naranja y una botella de orujo, donde murió atropellado Genarín por el primer camión de la basura de la ciudad, la Bonifacia, cuando se alivia contra las piedras. Nadie más podrá entrar en el tramo que va del arco de San Alvito al de la Cárcel, donde el desnivel dejado en la última reurbanización desaconseja que haya mucha gente, más si cabe en su estado. Como Genarín manda.

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín

procesión de Genarín
