Todo es nuevo quizá para nosotros
Rumoroso cauce.
Nuevas lecturas sobre
Claudio Rodríguez
Philip W. Silver (ed.). Ed. Páginas de Espuma, Madrid, 2010. 368 pp
Todo es nuevo quizá para nosotros» es uno de los versos felices de quien es, en mi apreciación, la voz más digna y elevada de la poesía española en la segunda mitad del siglo XX: Claudio Rodríguez. También lo es para Philip W. Silver, que afirma que, en su tiempo, sólo el poeta zamorano alcanzó un rango comparable a los grandes simbolistas tardíos (Machado, Juan Ramón) y a los del 27. Tras ubicar al hombre y al poeta y caracterizar su poesía, el crítico americano Silver sintetiza: «Con toda seguridad, a lo que se refería el poeta como la dimensión moral de su poesía fue precisamente el esfuerzo de toda una vida por reunificar -“hacer un todo de- un Ser en fragmentos». Una visión fragmentada de la obra de Claudio Rodríguez es la que nos ofrece Rumoroso cauce , en la que un número determinado de estudiosos y poetas comenta con detalle e intrínsecamente el poema escogido en cada caso. Se trata, pues, de comentarios de textos más o menos al uso, con variados puntos de vista, buscando eso que se llama «unidad de sentido» tras el desmenuzamiento crítico: de la fragmentación a la unidad de nuevo.
Una lectura plural es la que recoge este Rumoroso cauce de la poesía de Claudio Rodríguez. Lecturas diversas, unas de carácter temático, otras que atañen a la forma y en casos concretos al ritmo métrico, sin que falte la mera paráfrasis. Pero siempre se hallan iluminaciones que ayudan a entender el universo visionario del poeta zamorano. Por ejemplo la interpretación de Don de la ebriedad (aquel espléndido poemario de un joven de diecisiete años en contacto real con el campo de su tierra): «Una intensa y profunda percepción de unidad entre el yo y lo creado..., la plenitud del instante vivido, esa misteriosa percepción de un mundo unitario, previo a la escisión del yo y la naturaleza» (F. Yubero).
Si tuviera que decir qué comentarios me han interesado más me decidiría por el análisis que del poema «Con media azumbre de vino» realiza W. Childers, de amplísima explicación intertextual; por los maravillosos análisis métricos de A. Carvajal, atendiendo siempre no a lo mecánico, sino a la expresividad; por la iluminadora interpretación del poema «Hilando» que hace Covadonga López
Alonso a partir del análisis lingüístico del poema; por la escritura de alto estilo de Ángel Luis Prieto de Paula y por la penetrante indagación conceptual de Miguel Casado.