Diario de León

La ceremonia del adiós de Sampedro

l. Plaza & Janés presenta el ensayo ‘Sala de espera’. la obra es el libro póstumo del escritor y humanista, que incluye tres capítulos inéditos y notas manuscritas

La viuda del escritor, Olga Lucas y el editor de Plaza & Janés

La viuda del escritor, Olga Lucas y el editor de Plaza & Janés

Publicado por
edurne martínez
León

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La muerte me lleva de la mano, pero se está portando bien porque me está dejando pensar». José Luis Sampedro nunca dejó de pensar, ni de escribir, ni de hablar. Para él, la palabra era un derecho y un deber. El derecho de reivindicarla como máxima expresión de la humanidad. Y un deber por tener que usarla en pro de la dignidad propia o ajena. Así lo explica en su libro póstumo, que su viuda Olga Lucas presentó ayer en Madrid, el día que se cumplía un año de su muerte.

Sala de espera (Plaza & Janés) es una obra para decir adiós. Una despedida muy personal, en cuyas páginas sus admiradores podrán leer tres capítulos inéditos, observar las fotografías recopiladas de su infancia y de sus últimos años de vida junto a su mujer, y también podrán perderse por las notas de su puño y letra escaneadas y publicadas tal cual. Puede ser que su mujer también se perdiera en ellas. En una presentación del libro llena de momentos emotivos y de recuerdos del autor, su viuda confesó entre risas que «gracias a las notas manuscritas publicadas», el lector entenderá por qué ha sido «incapaz de elaborar un relato con ellas».

Hasta el propio Sampedro era consciente de que sus escritos, que elaboraba sin parar, no eran fáciles de entender para los demás. «Se murió pidiéndome perdón por no haberme dejado las notas más claras para que yo terminara el libro», señaló Lucas. Y es que su mujer tiene un objetivo: que el legado del humanista no se pierda. Su viuda aseguró que quiere que sea así porque «en los tiempos que corren estamos muy necesitados de enseñanzas como las suyas. Se le tiene que leer y se le tiene que recordar». Sin embargo, explicó que estuvo dudando unos meses después de la muerte de Sampedro acerca de si publicar este libro o no porque no quería parecer «una viuda pesetera que se aprovecha del muerto para recaudar dinero». Pero el empeño de su marido, que hasta el último de sus días estuvo convencido de querer publicar otra obra, le empujó a ello.

«Sinceramente, no creo que lo hubiera acabado aunque hubiese vivido diez años más. Todo lo que escribía lo rehacía constantemente porque se replanteaba todo sin parar». Lucas aseguró, por ejemplo, que a pesar de haber estado denunciando durante años la barbarie del mundo occidental, un día descubrió que ese es el paso previo a la construcción de algo nuevo y «otra vez vuelta a empezar». Sampedro tenía ansias de decirlo todo antes de morirse. «Este libro es mucho más de lo que parece y mucho menos de lo que alguien pudiera esperar», explicó Olga.

Al autor de La sonrisa etrusca siempre se le ha relacionado con el 15M aunque él nunca quisiera ser el protagonista. «El 15M lo convocaron asociaciones que llevaban trabajando en ello mucho tiempo». A pesar de que Sampedro mandó todo su apoyo a la manifestación, no quería que el foco de la noticia se alejara de los verdaderos protagonistas, según explicó su esposa. Y es que muchos medios «le impusieron el papel de ‘padre del movimiento’, quizá por su prólogo en el libro de Hessel». Lucas recordó muchas ocasiones en las que su marido les decía a los periodistas que iban a su residencia en Madrid que «el movimiento no estaba en la calle Cea Bermúdez, sino en la Puerta del Sol». Aún así, Lucas entiende que los jóvenes sintieran ese «gancho» con su marido por la sinceridad que les transmitía cuando hablaba con ellos. «Los jóvenes están demasiado acostumbrados a que les engañen constantemente. Quizá por eso admiraban a Sampedro, porque era auténtico».

Piezas de un puzzle

El escritor José Luis Sampedro falleció en la madrugada del 9 de abril de 2013 a los 96 años. Nació en Barcelona en 1917 y pasó su infancia en Tánger, lo que marcó para siempre su obra y su pensamiento. José Luis y Olga se conocieron durante una visita al balneario de Alhama de Aragón y pasaron juntos los últimos 16 años de la vida del autor. «Encajamos muy bien, como dos piezas de un puzle, algo que nos asustaba incluso a nosotros porque además de los 30 años de diferencia, veníamos de culturas muy diferentes».

La mujer relató cómo a él fue a quien se le ocurrió la idea de escribir sus vidas como si fueran «ríos que confluían en las aguas del Musa, que aunque parezca algo cursi significa Minusválidos Unidos Sin Aditivos», que hacía referencia a que se conocieron en un balneario, donde cada uno iba a curarse de sus dolencias.

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