Diario de León

el territorio del nómada |

La peña de los lobos

HACE TREINTA AÑOS, RAÚL GUERRA GARRIDO TUVO LA DECEPCIÓN DEL PLANETA CON LA MÁS APASIONANTE DE SUS NOVELAS. EL AÑO DEL WOLFRAM NARRA LA EPOPEYA DEL BIERZO, CUANDO PONFERRADA ERA LA CIUDAD DEL DÓLAR Y EN LOS PLIEGUES DE LA COMARCA ACECHABAN LOS GUERRILLEROS. . divergente

El escritor leonés Raúl Guerra Garrido

El escritor leonés Raúl Guerra Garrido

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

Creado:

Actualizado:

E n 1945, durante la segunda guerra mundial, el oeste peninsular se vio sacudido por la búsqueda frenética de wolframio, la piedra cuyo mineral mejora la resistencia del acero empleado en los vehículos y en los proyectiles bélicos. También el que envuelve las bombas que los nazis lanzan sobre Londres. Aquel afán tuvo su mina más espectacular en El Bierzo, en la peña del Seo que corona Cadafresnas. Todavía hoy aquellos pabellones deshabitados y gigantescos intimidan al visitante. Otro filón importante se explotó en Casaio, al lado de La Baña, donde un bosque de tejos milenarios protegía el sueño del mineral. Eran labores atropelladas, que acuciaba el aliciente del dinero rápido en tiempos menesterosos. Aunque el wolframio es un metal descubierto a fines del dieciocho por químicos españoles adscritos a la masonería, su bautizo alemán significa «lobo sucio». Y esa imagen es la que corresponde a su peripecia berciana en tiempos de la mísera posguerra, cuando el arrojo de la necesidad empujaba a subir al Seo con pico, pala y pistola.

Cuando Raúl Guerra Garrido aborda su primera novela berciana, lo hace con el respaldo de una trayectoria narrativa en la que figuran éxitos como Cacereño (1969), sobre la emigración al País Vasco, o Lectura insólita de El Capital (premio Nadal 1976), que refleja la angustia de un secuestro. Esta observación crítica de la realidad vasca se extiende a otras cuatro novelas posteriores, que abordan las venganzas y el ajuste de cuentas sangriento -La costumbre de mori r, 1981-, la extorsión -La carta , 1990-, la degradación colectiva derivada de la convivencia sumisa con el crimen -Tantos inocentes (1996)- y el acuciante desamparo de un guardaespaldas: La soledad del ángel de la guarda (2007). Un testimonio arriesgado y valiente, escrito desde el País Vasco, de un proceso habitualmente contemplado con la complicidad silenciosa del miedo.

LA EPOPEYA BERCIANA

Un año antes de la aventura del Planeta, Escrito en un dólar (1983) cuenta la quiebra de un hombre de acción, la historia de un triunfador convertido en homicida, y revela la vinculación leonesa del autor. Sus abuelos habían sido personajes relevantes de la vida cacabelense. Uno fue el boticario José Garrido, que le legó el apunte de recetas y remedios evocado en Cuaderno secreto (2003). El otro, su abuelo Bernardino, dotó a la biblioteca municipal de Cacabelos con el Diccionario Espasa, exigiendo para su manejo el previo lavado de manos de los usuarios. La leyenda familiar no concluyó en el abolorio. Su tío Antonio Guerra, industrial de vinos y bebidas refrescantes de Cacabelos, viajaba su mercancía por medio mundo y llegó a anunciar sus productos en los luminosos de la Puerta del Sol. Aprovechando la autarquía de la posguerra, Antonio Guerra sacó al mercado una zarzaparrilla refrescante llamada Cola-York, pero la multinacional paralizó con una demanda su comercialización y dejó en agua de borrajas aquella expectativa de negocio.

El joven Raúl, que estudiaba Farmacia en Madrid, podía deslumbrar a sus compañeros del equipo de baloncesto del Real Madrid, calzando las botas que le traía de Nueva York su tío Antonio. El año del wolfram (1984) recupera la epopeya del oeste berciano durante la segunda guerra mundial: tiempos de estraperlo y espionaje en la Ciudad del Dólar con los guerrilleros acechando por los montes. Entonces Raúl era presidente de la Asociación Colegial de Escritores y la maniobra para levantarle el Planeta la revela en sus jugosas memorias el editor Rafael Borrás. El dueño de la editorial prefirió a última hora Crónica sentimental en rojo, del periodista Francisco González Ledesma, porque escribía en La Vanguardia y su argumento policíaco discurría en Barcelona. Al fin y al cabo, El Bierzo ya entonces quedaba muy lejos.

UNA AVENTURA DE PELÍCULA

Sin embargo, el éxito de ventas de la novela enseguida despertó el interés de la industria cinematográfica. Pero ahí Raúl tropieza con su propio exceso de generosidad. Aquel mismo año se estrena El Filandón, de Martín Sarmiento, y ante el interés del cineasta berciano, el novelista le cede sin cautelas los derechos para llevar El año del wolfram a la pantalla. Pero el ruidoso rechazo de Pilar Miró, desde la dirección general de cinematografía, a su financiación, deja el proyecto en la estacada. Y Raúl no consigue que Martín Sarmiento deje el paso a un proyecto viable de Miguel Hermoso. Viaje a una provincia interior (1990) supone el reencuentro con la memoria juvenil de Cacabelos, la evocación de las historias familiares, la revelación de los paisajes que un siglo antes habían fascinado a Gil y Carrasco. Al Bierzo regresa con El otoño siempre hiere (2000), relato emotivo en clave de elegía. Cuaderno secreto (2003) se zambulle en la evocación del Bierzo después del atentado que el 21 de julio de 2001 destruyó su farmacia donostiarra. De ese mismo tirón berciano participa La estrategia del outsider o la vuelta al mundo de Naraya Sola (2012). En sus páginas se desenvuelve una reflexión sobre la dignidad en el declive de la vida, mediante una estructura narrativa que prolonga su peculiar entendimiento del género. Ese universo berciano tiene motivos recurrentes, bien estudiados por el profesor José Enrique Martínez, que participan de la memoria, de la leyenda y de la pasión. El año del wolfram tuvo nuevas ediciones en bolsillo antes de ingresar, en 2010, en el catálogo de clásicos de Cátedra.

tracking