Diario de León

Letras críticas

Pedro Feijoo: «Hemos tolerado la corrupción»

El escritor gallego decidió escribir ‘Nadie contará la verdad’ por enfado y rabia contra la corrupción.

El escritor gallego Pedro Feijoo

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Publicado por
José Oliva
Barcelona

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E l escritor gallego Pedro Feijoo, autor del thriller político Nadie contará la verdad , considera que los ciudadanos «en cierto modo, hemos tolerado la corrupción parapetados en la falsa impresión de que tampoco eran para tanto su gravedad, como pensando que las cosas no iban directamente con nosotros».

Nadie contará la verdad (Ediciones B) tiene como protagonista a Marosa Vega, una talentosa periodista que fue despedida por su inquebrantable compromiso con la verdad y que acepta el encargo de un antiguo compañero, que le pide ayuda para destapar un caso de corrupción política que afecta al presidente de la Xunta de Galicia y que está dejando un reguero de víctimas.

La novela surgió, confiesa Feijoo en una entrevista con Efe, «de la rabia, del enfado y del cabreo, de esa sensación de que no solo nos están robando la cartera sin el menor disimulo, sino que, además, se nos están riendo en nuestra puñetera cara y lo han hecho, sencillamente, porque han sentido que podían hacerlo».

Aunque siempre ha habido corrupción, «algo inherente al poder», Feijoo no puede evitar expresar su rabia con casos tan soeces como los que han aflorado en «una situación de estrés colectivo incomparable como fue la pandemia».

Y añade: «Cuando ves que dos miserables son capaces no solo de robarnos mediante comisiones millonarias a cambio de productos defectuosos, sino que incluso tienen la indecencia de reírse de todos nosotros inventándose intermediarios falsos para, además, completar el chiste con la ‘divertida’ idea de ponerles nombres tan graciosos como San-Chi-Chón es cuando piensas en qué puedo hacer yo al respecto».

A su juicio, el hecho de que la corrupción sea inherente al poder no quiere decir que haya que asumirla de brazos cruzados. «Todos podemos intervenir sobre ella, a veces denunciándola, a veces luchando contra ella y a veces escribiendo una novela», sostiene.

Diseñar una trama en la que cualquiera pueda identificar varios referentes reales le ayuda a la hora de situar al lector en un escenario tan parecido a la realidad que, de hecho, le llegue a hacer dudar.

Demasiados casos

Durante el proceso de documentación de la novela fueron tantos los casos y situaciones con los que el autor se fue encontrando que, por momentos, se desesperaba pensando en cómo iba a meter todo en una única novela.

«Como autores, se nos supone un gran universo propio, un mundo interior lleno de imaginación y creatividad, pero en esta novela había veces en las que lo único que hacía era volcar en las páginas de la novela la conversación que acababa de tener con el director de un periódico, un alto cargo de la Administración pública o un alcalde», apunta.

Pese a que la corrupción se puede ver como una cuestión política, Feijoo cree que este espacio «es uno más de los muchos escenarios en los que la corrupción mueve sus tentáculos, como el mundo financiero, el empresarial, el administrativo, el policial o el de los medios de comunicación, porque también hay intereses clarísimos cuando hasta los programas de supuesto entretenimiento con hormiguitas se convierten en espacios de ‘tertulia pseudo-política’».

Más que casos en concreto, como Gürtel o la Operación Pokémon, que también tienen su reflejo en la novela, lo que el autor gallego ha intentado ha sido describir la corrupción con referentes sacados de todos esos espacios y, por tanto, aparecen políticos, pero con menor protagonismo que personajes como banqueros, empresarios, industriales, directores de periódicos, consejeros delegados de grupos de comunicación, asesores o policías, señala.

A pesar de las coincidencias, Feijoo se daría por satisfecho de que su novela «abra los ojos sobre las verdaderas capacidades de Alberto Núñez Feijóo como político ‘de centro’, ‘moderado’, ‘gran gestor’ y todas aquellas cosas que con tanto bombo se vendieron sobre él», que según el escritor, se habrían podido desmentir con «un vistazo a las hemerotecas locales».

La principal preocupación del escritor es que el personaje de Marosa Vega «tuviera verdad», consciente de que los periodistas «eran los únicos personajes con los que el lector podría sentirse identificado».

No piensa Feijoo que el periodismo en España haya caído en un letargo o conformismo: «Es la gran industria de los medios de comunicación la que, más que estar aletargada, se mueve de formas descaradamente partidistas, pero no los periodistas, que son hoy más necesarios que nunca, los que salen a la calle, los que están en contacto con los lectores, con los oyentes».

«Que la corrupción sea inherente al poder no quiere decir que haya que asumirla de brazos cruzados»

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