Diario de León

La literatura del Camino de Santiago

La ruta de las mil historias

Un peregrino por el Camino de Santiago jesús f. salvadores

Verónica Viñas

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Si cientos de miles de peregrinos recorren cada temporada la ruta milenaria, igualmente, el mundo editorial «escupe» anualmente cientos de títulos. Autores de todos los tiempos y estilos han encontrado la inspiración en el itinerario que lleva a la supuesta tumba del apóstol. Paulo Coelho, Álvaro Cunqueiro, Cees Nooteboom, Fernando Sánchez Dragó, Matilde Asensi, José Luis Corral o Edith Wharton se dejaron seducir por el camino de las estrellas. También a los escritores leoneses les tentó esta ruta iniciática, como al premio Cervantes Luis Mateo Díez en Las horas contadas o a Jesús Torbado en El peregrino. Esta novela relata la historia de Martin de Châtillon, que ha emprendido un viaje desde su Francia natal hasta la ciudad de Santiago de Compostela. Su camino estará marcado por el encuentro con gentes variopintas y personajes peculiares; conocerá costumbres y usos de los reinos españoles; recorrerá una tierra que vive bajo la sombra de un dios implacable. Sus aventuras elaboran un retrato crudo y descarnado del mundo medieval en el que transcurren.

Templarios, órdenes secretas, tesoros escondidos, peregrinos que no son lo que parecen... el camino que conduce a Finisterra, el fin del viejo mundo, está plagado de extraños personajes. El Camino, una fabulosa vía de penetración y un espléndido cordón umbilical que mantuvo unida la Península con los países del norte, fue un pasillo por el que circularon las principales corrientes literarias, artísticas y de pensamiento llegadas del otro lado de los Pirineos. Solo el monasterio de San Zoilo, en Carrión de los Condes, atesora 6.000 volúmenes sobre la ruta sagrada. Como escribió Alejo Carpentier: «Por caminos de Francia va el romero, con las manos flacas asidas del bordón, luciendo la esclavina santificada por hermosas conchas cosidas al cuero, y la calabaza que solo carga agua de arroyos».

Considerada una de las mejores novelas del siglo XX, Opus Nigrum, de Marguerite Yourcenar, recupea la dimensión secreta de León. En el tránsito de la Edad Media al Renacimiento, la fuerza de su legado oculto convirtió a la ciudad en lugar de peregrinación, aprovechando el camuflaje del camino jacobeo. El escritor gallego Álvaro Cunqueiro escribió, curiosamente, un libro sobre el Camino que discurre por León, titulado Allá en el Noroeste… Una cartografía literaria del Camino en León. Sin duda, los thriller ambientados en el Camino son, salvo excepciones, los que encuentran mayor eco entre los lectores. José Luis Corral en El códice del peregrino reconstruye el célebre robo del Códex Calixtino —considerado como la primera guía del Camino de Santiago—, que desapareció misteriosamente de la catedral de Compostela. Un camino tan transitado durante siglos ha originado, inevitablemente, todo tipo de leyendas y tradiciones épicas. Son parte de ese imaginario literario que subyace en un camino que es más emocional que geográfico. Lo cierto es que la ruta a Compostela ha dejado profunda huella en la literatura. Cuatro escritores sin nada en común han ascendido al «olimpo» de los más vendidos en el mundo por sus obras sobre el Camino de Santiago: la actriz estadounidense Shirley Maclaine, el brasileño Paulo Coelho, el alemán Hape Kerkeling y la coreana Kim Hyosun. El Camino no solo ha sido fuente de inspiración para novelistas, también destacados poetas han sentido el «poder telúrico» de este itinerario mágico. Desde Antonio Machado a García Lorca, así como Zorrilla, el Arcipreste de Hita, Gonzalo de Berceo, Quevedo y Rosalía de Castro citan en sus versos la ruta milenaria. También los gallegos Valle-Inclán, Torrente Ballester y Camilo José Cela «deslizan» su prosa por el camino de las grandes peregrinaciones. Matilde Asensi, una de las autoras que más vende en España, descubrió en el Camino de Santiago un extraordinario filón en el que ambientar sus novelas de intriga. Peregrinatio es un auténtico homenaje a la ruta jacobea, en el que rescata a su personaje más emblemático, Galcerán de Born, o Iacobus el físico, y a su hijo, Jonás de Born. El libro está concebido como una larga misiva datada a principios del siglo XIV. En ella, Galcerán de Born, antiguo monje de la Orden Hospitalaria de San Juan, explica al hijo los secretos del camino que le impone recorrer. En Iacobus, Asensi pone a Galcerán de Born a investigar la muerte de Clemente V, tras la ejecución del Gran Maestre de la Orden del Temple. Una vertiginosa aventura que lleva al protagonista al Camino de Santiago.

El hispanista irlandés Walter Starkie, que hizo la ruta jacobea al menos en cuatro ocasiones entre 1924 y 1954, mezcla historia, autobiografía y libro de viajes en Las peregrinaciones al sepulcro del peregrino. Ulrike Schweikert, una de las escritoras alemanas de mayor éxito, es autora de La maldición del Camino de Santiago, una novela histórica de 672 páginas que incluye buenas dosis de aventura e intriga. La protagonista es la joven Juliana, cuyo padre, senescal del Palatinado Imperial de Wimpfen (Franconia), es encontrado junto al cadáver de un caballero templario con una daga manchada de sangre en su mano…

Rodrigo Costoya publicó en marzo El siglo del milagro, en el que se adentra en la increíble historia de los reinos de la Península Ibérica entre los siglos once y doce. Diego Gelmírez es el gran protagonista de la quinta obra del autor compostelano. La novela narra episodios verídicos, aunque a veces cuesta creerlos, que han provocado que millones de personas peregrinen a Compostela en los últimos nueve siglos.

Historias del Camino, editado por Zenda, es un conjunto de relatos firmados por quince destacados escritores españoles, entre ellos los leoneses Luis Mateo Díez, José María Merino, Noemí Sabugal y Andrés Trapiello.

Luis García Jambrina, en la saga que protagoniza el pesquisidor Fernando de Rojas, se servía de la ruta jacobea para ambientar una de sus intrigas. Se trata de El manuscrito de barro y su Camino era el del siglo XVI, un momento pocas veces narrado por la literatura.

En La peregrina (Plaza&Janés) Isabel San Sebastián recrea la primera peregrinación oficial, la del rey Alfonso II el Casto en el siglo IX desde Oviedo.

En La ladrona de huesos (Planeta) el gallego Manel Loureiro plantea una misión imposible: robar las reliquias del apóstol de la Catedral de Santiago. El leonés Carlos Taranilla, en Eso no estaba en mi libro del Camino de Santiago, descubre algunos de los peregrinos más ilustres que recorrieron la ruta jacobea, las iconografías más extrañas e imágenes tan misteriosas como la mujer y la calavera.

El periodista Pablo Muñoz en El crimen de la peregrina desvela cómo se investigó el crimen de Denise Pikka Thiem, a la que se vio por última vez en Astorga, y cómo «el dinero resolvió el caso». Lo primero que averiguó de Denise es que quería hacer un viaje iniciático y que había elegido el Camino de Santiago animada por la película The Way, dirigida por Emilio Estévez, protagonizada por su padre, Charlie Sheen, y rodada en varios escenarios leoneses. La mañana del 5 de abril de 2015, después de salir de Astorga, Denise desapareció sin dejar rastro.

El camino enterrado, de Carlos Serrano, aborda el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago en Galicia y el comienzo de la peregrinación cristiana hacia Compostela. Una ruta en la que aflorarán nombres como el de Prisciliano y un poso pagano que nunca podrá ser enterrado del todo. El camino nace mucho antes que el descubrimiento de la tumba, y solo quienes eran poseedores de ese conocimiento podían encontrar la verdad y el perdón.

El códice del Franco, de María Ángela Martín Vega, se remonta a finales del siglo XI. Martin de Fontenay, un segundón perteneciente a la pequeña nobleza de Borgoña, se ve obligado a emprender un viaje sin retorno, que le llevará por el Camino de Santiago hasta la corte de León. Antes de que su existencia se convierta en un «círculo completo», toma la pluma y narra los motivos que le llevaron a abandonar su tierra y verse involucrado en los principales acontecimientos del reinado de Alfonso VI.

Peón de rey, novela de Pedro J. Fernández, sigue la estela de El nombre de la rosa: intriga, crímenes oscuros y monje-detective. La trama discurre en el Camino. José Luis Olaizola recrea en El camino de las estrellas la aventura del primer peregrino del Camino de Santiago, y relata fielmente la vida del apóstol. A Saint-Jean-Pied de-Port, en el Pirineo francés, llega la noticia de que en el fin del mundo ha sido hallado un sepulcro que guarda el cuerpo del apóstol Santiago. Jacobus de Arlaiz, caballero vasco-francés, gran devoto del apóstol, decide rendirle homenaje postrándose a los pies de su tumba. Así inicia la primera peregrinación de lo que con los siglos será conocido como el camino francés de Santiago. Atravesar la península Ibérica en el siglo IX, ocupada en buena parte por el islam, en guerra de los francos con los vascones, infestada de animales salvajes y teniendo como única guía a las estrellas, suponía una notable aventura, que el caballero Jacobus va superando gracias a su convencimiento de que va al encuentro del sepulcro milagroso.

Tras un asesinato en Saint Jean Pied de Port, la Gendarmerie francesa comienza a investigar, pero al día siguiente se comete otro crimen, de idénticas características, en el albergue de Roncesvalles. La conclusión es que un asesino en serie anda suelto por el Camino de Santiago. Se esperan más crímenes y el comandante Roncal, de la Guardia Civil, es llamado para resolver el caso. Es el argumento de El asesino de la Vía Láctea, de Gabriel Martínez.

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