«Esta es una novela para todo tipo de fracasados sin denominación por origen»

-”Aun cuando se advierte desde el comienzo que todo es ficción, cabe pensar que es en buena medida una novela con notorios tintes autobiográficos-¦

-”Cuando apareció Pudor empecé a dar muchas entrevistas, y no quería ser un entrevistado aburrido, así que empecé a inventar mi vida. Aún lo hago. Miento sobre casi todo lo que me preguntan de mí. Un día descubrí que había mentido tanto que tenía material para una novela.

-”¿De dónde surge la idea de juntar a dos personajes tan disímiles a primera vista como el joven escritor y Diana Minetti?

-”Ésta es en cierto modo una novela sobre los sueños. Y Diana Minetti es el sueño de todo escritor muerto de hambre: una millonaria que te lleva a París y te trata como un príncipe para que cuentes su historia.

-”El trasfondo político nuevamente es fundamental en tu historia. ¿Qué rol le asignas a esta temática dentro de tu narrativa?

-”Me gusta que mis personajes encarnen grandes momentos históricos, y en este caso, me fascinaba El Caribe de entreguerras, y especialmente, la historia de los italianos como el padre de Diana: como muchos emigrantes de su época, Giorgio es primero golpista, luego fascista, luego agente de la CIA y finalmente hombre de la Cosa Nostra. Pero sólo es un emigrante buscavidas, igual que el narrador de la novela.

-”¿Cómo ves la situación del inmigrante latinoamericano que, como tu protagonista, se viene con el propósito de realizar sus sueños en la España de hoy?

-”La verdad, no creo que la historia del narrador sea muy distinta que la de muchos españoles que tratan de publicar libros y no lo consiguen. Esta es una novela para todo tipo de fracasados sin denominación por origen. Y es especialmente instructiva para escritores.

-”¿Qué es lo que más te interesa de un personaje con la alcurnia, la frivolidad, el rencor y la soledad que tiene Diana Minetti?

-”Es la vieja historia de la pobre niña rica: Diana lo tiene todo: millones de dólares, un penthouse en París, acceso a la alta sociedad, y, sin embargo, no tiene a nadie. Además, quería escribir sobre ricos. Llevaba dos libros sobre terroristas. Era la hora de cambiar de giro.

-”Pareciera desprenderse de tus personajes que no sólo la ficción, sino también la realidad, está compuesta por una serie de mentiras. ¿Cómo abordas este tema en tu novela?

-”Cada vez es más difícil convencer a la gente de las historias. Lo podemos ver en el cine: hoy en día se hacen películas con personajes como George Bush, Tony Blair o la reina de Inglaterra. Ya no te tienes que morir para pasar a la historia. Ni siquiera tienes que dejar el gobierno. Sentí necesario inyectar una gran dosis de realidad en la novela, con todos esos personajes reales que vienen y van.

-”¿De qué modo confluyen tus anteriores novelas en ésta, que mezcla la escritura sobre el paisaje amazónico con caza-fortunas sin demasiados escrúpulos (como en El príncipe de los caimanes ), la radiografía de una familia disuelta (como en Pudor ) y de un trasfondo político y latinoamericano marcado por la agresividad (como en Abril rojo )?

-”No me había dado cuenta de eso. Es verdad, pero no hay plan. Sé que quiero que cada novela sea más ambiciosa que la anterior. Pero suelo explorar universos nuevos en cada caso.

-”Otra manera de abordar esta historia es desde la tradición de la escritura de viaje: Diana se siente extranjera de sí misma y el escritor novato también deambula por Madrid, París, Cuba, etc., como un extranjero.

-”Sí. Quería escribir algo con muchos escenarios: Madrid, París, Cuba, Santo Domingo, Miami, Italia, y atravesar toda la historia del siglo veinte. Inevitablemente, todos mis personajes son extranjeros constantemente. Los extranjeros tienen una ventaja: pueden inventar su pasado, porque no hay testigos.

-”«Su historia no era la que ella creía», dice el narrador con respecto a Diana Minetti. ¿De qué modo las memorias que escriben e investigan juntos estos dos personajes revelan diferentes dimensiones de ella?

-”Creo que nos pasa a todos. ¿Quién es el dueño de la historia de tu vida? ¿Tú? ¿Tu familia? ¿Tus enemigos? ¿Los libros de historia? La realidad es más falsa de lo que queremos admitir.