Un hito más en una admirable andadura literaria

Se observa en ciertos momentos y ambientes un cierto descuido en la recuperación sistemática del fenómeno cultural, agravado por la proliferación de los medios audiovisuales. Ese peligro se convierte en preocupante cuando se trata de publicaciones de tan llamativa abundancia como la generada por la literatura escrita por leoneses. Es por ello por lo que es necesario insistir en el valor de esta Antología de escritores bercianos que con este su tomo séptimo (al que seguirá de inmediato una nueva entrega) amplía su fondo editorial. Una vez más el entusiasmo y la dedicación del Instituto de Estudios Bercianos se traduce felizmente en granados frutos literarios.

La antología es un buen panorama de la narrativa berciana, como se observa en el amplio arco cronológico que incluye, así como el variado espectro de autores, técnicas y temas: desde el llorado Ramón Carnicer hasta escritores jóvenes como Fermín López Costero o Carlos Fidalgo. Como corresponde a una obra de esta condición y estructura, la muestra literaria de cada uno de los presentes en la obra va precedida de un doble pórtico: una semblanza humana del escritor y una bibliografía creativa y crítica. Se echa de menos si acaso un cierto sentido de la uniformidad del preámbulo, pero es evidente que la edad, obra y condición de los autores hace imposible un estudio común a todos ellos. En el fondo, se trata de divulgar la riqueza de la literatura escrita por bercianos y no hay duda de que esta nueva entrega colabora con acierto en ese objetivo.