En los oscuros bordes del cansancio
Amor a primera vista
Víctor Casaus. Embajada de España en Cuba, 2009. 36 pp.
Las estrellas para
quien las trabaja
Juan Carlos Mestre. Embajada de España en Cuba, 2009. 126 pp.
Dos libros en uno. Un solo libro que es, por uno de sus lados, de Juan Carlos Mestre; por el otro, dándole la vuelta, de Víctor Casaus. La experiencia comenzó en el 2008 y sigue con este nuevo libro: un poeta español y otro cubano en un libro para los dos poetas, juntos, pero no revueltos. «Poemas de ida y vuelta», de Cuba y España.
Se puede decir que el título de Mestre, usado ya en otras ocasiones, recoge muestras de todos sus libros, el último de los cuales, La casa roja fue, a mi parecer, el mejor libro de poesía publicado en España en 2008. Los lectores de Mestre (o los oidores, porque Mestre es también muy apreciado como cantor-recitador de sus poemas) conocen perfectamente lo que hay en esta poesía de imaginación, de fantasía, de utopías que rieguen el tedio cotidiano, de mito, de libertad en muchos sentidos. Conocen también el ritmo amplio y solemne de sus versículos, con aires de vate, de profeta, de salmista de nuestros días que necesita espacio para dar cauce amplio a sus letanías poéticas. Molina Damiani sintetiza en dos páginas lo que es la poesía mestriana. Traigo aquí un par de citas: el vitalismo radical del poeta y su fidelidad a la tierra hace que «la fantasía, el sueño y la memoria sean, por lo dicho, los tres vértices del vitalismo de nuestro poeta, los reactivos que recupera su palabra analógica, tantas veces automática, siempre presa de la emoción»; segunda cita: «es la de Mestre una poesía contra el conformismo: realista, hace memoria de nuestros olvidos, vaticina una salida del laberinto donde andamos, se rebela contra el nihilismo que profesa esta época cursi, atestada de mal gusto y criminal tantas veces».
Víctor Casaus (La Habana, 1944) es poeta, cineasta, narrador y periodista. Casi una decena de poemarios en su haber dan cuenta de un mundo fértil, pero no era para mí un poeta conocido y leído, por lo que poco puedo decir de él a través de una breve selección de poemas espléndidos, poemas de amor, de recuerdo y manera de sobrevivir en «los mundos indecibles de sus nalgas blanquísimas». Como los grandes poetas de Hispanoamérica, la voz de Víctor Casaus necesita campo, expansión, libertad, horizontes amplios. El breve prólogo de Juan Gelman es una amical «imprecación» por atreverse Casaus a cantar al amor en esta «época espantosa» y hacerlo de la manera como lo hace: «Usted busca un temblor con el que se estremezcan las fórmulas y las opiniones sagradas y resulta que lo encuentra... Usted hace del amor vivido el campo de otro amor para vivir».