la gasolinera ecológica

La seguridad, el ahorro de costes y el respeto al medioambiente son tres de los pilares sobre los que se asienta la Estación de Servicio Sostenible diseñada y patentada por Luis Brasa Fernández y que recibió la comunicación oficial de la Oficina de Patentes y Marcas el pasado mes de abril.

Una invención que está basada en la facilidad de montaje y mantenimiento, tal y como describe su inventor, «lo que implica un ahorro inicial, una mayor vida útil de la instalación y el máximo respeto al medio ambiente, para lo cual presenta una configuración diseñada para permitir el rápido y cómodo acceso a cada una de sus partes, tanto a las conducciones como a los tanques, para evitar cualquier tipo de contaminación al entorno». De hecho, cuenta con una cobertura interior impermeable de poliurea que evitaría cualquier filltración indeseada de las zonas que ocupan los tanques y las conducciones.

Un ahorro que basa en la eliminación de todo tipo de obra civil y de los medios mecánicos para llevar a cabo su ejecución, en la eliminación de residuos, en la reducción del número de revisiones gracias a su diseño visible y abierto y a la novedades que aporta en materia de seguridad de estas instalaciones.

La experiencia en instalaciones petrolíferas de este empresario berciano, responsable de Fitofilter S.L., le ha hecho apostar por un modelo nuevo de gasolinera que ya ha presentado ante el Ministerio de Medioambiente, las operadoras Repsol y Cepsa y buena parte de las comunidades autónomas. «Mejoraríamos de forma ostensible la seguridad en estas instalaciones y la contaminación sería mucho menor», resalta.

En la actualidad, los tanques de combustible de las estaciones de servicio, generalmente, están enterrados directamente en el subsuelo de la instalación, contando como única protección un recubrimiento de fibras y resinas o similar. «Ello hace que las labores de revisión y mantenimiento sean complejas, ya que no disponen de espacio para que personal cualificado pueda introducirse y revisar o arreglar en caso de avería», precisa Luis Brasa que añade que las conducciones de combustible que van desde dichos tanques hacia los surtidores, al estar enterradas, son igualmente difíciles de controlar, produciéndose «indeseadas filtraciones al subsuelo que, además de no ser detectadas hasta que ya son demasiado evidentes, en muchas ocasiones, se resuelven simplemente instalado conducciones nuevas, sin reparar el daño producido por las antiguas».

Con estos antecedentes consideró necesario la creación de un nuevo concepto de estaciones de servicio en las que, dado el potencial riesgo que representan los productos que en ellas se almacenan y distribuyen, se priorice el respeto al medio ambiente. diseñadas para tal fin y para que faciliten su revisión y correcto mantenimiento, con la utilización de materiales de recubrimiento que eviten filtraciones al entorno. Brasa asevera que éste es uno de los principales objetivos de esta invención.

Precisamente, este es uno de los aspectos más novedosos de esta gasolinera. Se configura a partir de una zona de almacenamiento que se sitúa en un cubeto construido por debajo del nivel superficial. Este cubeto es de hormigón recubierto en sus paredes interiores con una capa de poliurea con el fin de evitar cualquier filtración hacia el suelo, ya que la poliurea consiste en una membrana liquida proyectable, 100% sólida que no daña al medio ambiente y que impermeabiliza y protege las superficies del desgaste y la corrosión. «Debido a su alta adherencia a múltiples sustratos, permite una unión segura y permanente con la superficie. De esta forma el cubeto queda totalmente estanco y no existe el más mínimo riesgo de derrame al subsuelo del terreno», añade.

Por otra parte, la base del citado cubeto presenta una pendiente hacia una de sus esquinas, en la que se ha previsto un separador de hidrocarburos para aquellos derrames que se puedan ocasionar. Los tanques se hallan separados entre sí, dentro del cubeto, por muros de hormigón, de modo que cada tanque dispone de un compartimiento independiente. En el diseño se ha tenido en cuenta que exista espacio suficiente para el paso de una persona entre las paredes del cubeto y los tanques, así como una altura libre por encima de los mismos de al menos un metro, necesaria para las operaciones de revisión y mantenimiento que se llevarán a cabo a lo largo de la vida útil de la instalación.

Además, dentro del cubeto se ubican sensores de gases automatizados que llevan a una centralita los datos de concentración existentes en el cubeto. La disposición de las tuberías también es otro de los aspectos más destacados, siempre para evitar que el combustible llegue al subsuelo.

La invención de este berciano contempla la posibilidad de que los surtidores consistan simplemente en mangueras y sean controlados directamente desde una base de control, simplificando notablemente la realización y número de elementos de la instalación. «Por todo ello, representa una estructura innovadora de características estructurales y constructivas desconocidas hasta ahora, razones que unidas a su utilidad práctica, la dotan de fundamento suficiente para obtener el privilegio de exclusividad», recalca Luis Brasa, en relación a la patente recién concedida.

Este inventor defiende las ventajas de una gasolinera de este tipo en la que se venderían al público gasolina 95 octanos, gasolina 98 octanos, gasoil y gasoil extra. Así, destaca que la diferencia entre las gasolineras sostenibles y las tradicionales es que toda la zona de almacenamiento y tuberías de distribución de los carburantes son accesibles y visitables. «Las tuberías de distribución desde depósitos a surtidores irán por canalizaciones y los depósitos se instalarán en cubetos por debajo del nivel del suelo», resalta Luis Brasa.