Un perfil predominante, pero con matices

El estudio realizado a través del análisis con Big Data del informe de datos recogidos de turistas y excursionistas dibuja también un perfil socioeconómico que permite sacar conclusiones de cara a adaptar la oferta turística a las preferencias de los visitantes. La mayor parte de los visitantes son de mediana edad (30 a 59 años), aunque «con una notable contribución también del turismo joven». El visitante senior es residual en este caso. Otro rasgo generalizado, en este caso entre los turistas (los que pernoctan), es que se trata de personas con una capacidad media o media alta de compra. Un poder adquisitivo más bajo en aquellas localidades en las que se paran sobre todo los peregrinos, y más alta en las poblaciones con mayor atractivo turístico. Y un dato a tener en cuenta: moda y alimentación se llevan el mayor gasto. En «segundo plano», lo que se dedica a bares y restaurantes. El estudio está realizado antes de la pandemia.