Diario de León
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Atención a los neumáticos. Los neumáticos de invierno, que aún representan un pequeño porcentaje de mercado español de cubiertas, suponen una importante ventaja cuando del control del vehículo en condiciones de baja adherencia se trata.

Un coche calzado con neumáticos de invierno, rodando sobre nieve a 80 Km/h., la distancia de frenado es de 70 metros, cuarenta menos que con neumáticos normales. Además, este tipo de cubiertas resultan ser una alternativa a las cadenas, siempre engorrosas de montar y que pueden suponer un peligro para el usuario cuando se pone manos a la obra de noche o en carreteras con poco espacio en el arcén.

Tampoco suponen, en relación con sus ventajas, un gasto económico tan importante para quien viva o circule habitualmente por zonas especialmente afectadas por el invierno. Si se cambian los neumáticos normales por unos de invierno, y se guardan adecuadamente, ambos juegos de cubiertas prolongarán su vida útil y, a la postre, acabarán suponiendo un ahorro para el usuario.

Eso sí, con ser importantes, no sólo los neumáticos influyen en el uso "invernal" del coche: ritmo de conducción, menos horas de luz, cansancio y concentración al volante, más distancia de seguridad… conducción cómoda.

En condiciones climatológicas adversas (niebla, lluvia, nieve…) el ritmo de conducción que cada cual deberá "imponerse" es fundamental para rodar cómodo y con seguridad. Facilitar los adelantamientos y circular por el carril derecho es una buena opción para quienes no estén muy duchos en estas lides.

El recorte de horas de luz en invierno, trae aparejada la posibilidad de somnolencia; cansancio y pérdida de atención del conductor influirán negativamente en el uso del coche. Un pequeño receso, cafetín incluido, vendrá muy bien en esas circunstancias. Sobre todo, y si puede evitarlo, no conduzca al atardecer… salvo que esté normalmente habituado.

Tampoco se olvide que la conducción nocturna invernal exigirá bastante más concentración de lo normal y, por lo general, se tardará más en cubrir los trayectos.

Según diversos estudios, el nivel más bajo de atención lo sufrirá el conductor entre las 2 y las 5 de la madrugada, también entre las 13 y 15 horas.

Por mucho frío que haga en el exterior, tampoco se ponga forrado al volante: destierre prendas gordas y demás adminículos similares del guardarropa automovilístico; conduzca cómodo y regule bien retrovisores y asientos antes de emprender la marcha.

Importante: la distancia de seguridad. En condiciones climatológicas adversas, conviene incrementar la distancia con los otros vehículos que nos preceden, porque la adherencia es hasta cinco veces menor que en condiciones normales.

Llevar el depósito de combustible siempre a punto. Si nos quedamos aislados, seguiremos teniendo calefacción durante horas (al relantí se consumo entre medio y un litro a la hora).

En fin, coche siempre en perfectas condiciones y nervios templados… para afrontar las inclemencias.

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