Citroën. Más corto, más ancho, más alto-¦ DS4

Familiar trufado en coupé. Si algo pone de manifiesto el DS4, además de diseño y aplicaciones técnicas, es el ingenio de unos realizadores -los de Citroën- que han conseguido dibujar una «estética paralela» en las gamas del fabricante hasta conseguir coches distintos , elegantes y pasionales, sobre la base de los ya existentes que, dicho sea de paso, le vienen dando al chevron evidentes satisfacciones comerciales en un mercado -eso también- que tampoco está para florituras .

Una cosa está meridianamente clara: se trata de «diseño-diseño», para practicidad -pura y dura- ya está el C4; así que, que nadie busque aquí un maletero desmesurado , por mucho que los 385 litros (ampliables a 1.523 abatiendo los asientos traseros) tampoco resulten escasos, ni que no haya que pagar un mínimo peaje en la altura de las plazas traseras por, como fácilmente puede suponerse, la caída del plano del techo hacia la exquisita zona posterior de este C4 vestido de gala que, entre otras cosas, comparte la misma plataforma, aunque recortada en cinco centímetros (4,27 metros totales para el DS4) y mantiene la arquitectura de cuatro puertas en aras de la practicidad debida al segmento de militancia.

¿Podría haberse configurado en tres puertas? Pues sí, pero entonces ya no sería un «4», para eso ya está el DS3, también una auténtica guinda en las propuestas de la marca.

La silueta «coupé-cuatro puertas», con las manillas de las puertas traseras exquisitamente camufladas -apenas perceptibles- en el ángulo de la ventanilla y unas suspensiones más altas de lo habitual, confieren al modelo una sensación de conducir en posición elevada, lo que aporta seguridad a la utilización urbana del DS4.

Además, esta exclusivista alternativa a los compactos tradicionales hace gala de un vanguardista interiorismo, en el que la calidad toma carta de naturaleza en elementos como el salpicadero, asientos y tapicerías, también en los revestimientos y panelado de puertas; es decir, que los ocupantes se encontrarán en un ambiente confortable y «sólido».

Declinada en tres acabados (Design, Style y Sport), desde el escalón de acceso a la gama DS4 el equipamiento resulta singularmente completo: 7 airbag (incluido el de rodillas para el conductor), aire acondicionado, ESP, llantas de aleación de 16 pulgadas (incluida rueda de repuesto), luces diurnas led delanteras y traseras, parabrisas panorámico gran angular y hasta un sofisticado sistema de audio (CD, RDS y MP3 con 6 altavoces. Conforme se suben escalones, se cuenta con ayuda trasera al estacionamiento, llantas de 17 pulgadas, climatizador automático bizona, sensor de luces y lluvia, freno eléctrico de estacionamiento, retrovisor interior electrocrómico y exteriores abatibles eléctricamente, además de asientos delanteros con reglaje eléctrico y función masaje.

La versión más equipada, el Sport, monta llantas de 18 pulgadas (lo que le da al DS4 un aspecto de lo más musculado ), sistema de vigilancia de ángulo muerto, ayudas delantera y trasera al estacionamiento y una exclusiva decoración exterior «cromo», además de la tapicería bitono y los pedales en aluminio perforado.

Y la guinda del interiorismo: posibilidad de cambiar la tonalidad de los relojes del cuadro de instrumentos, desde el impactante color azul al tradicional blanco, más legible-¦ aunque menos rompedor . Incluso existe la posibilidad de elegir entre distintos sonidos polifónicos para los avisadores de luces «olvidadas» y cinturones de seguridad. Es verdad que pueden parecer gadgets superfluos -y opcionales, claro- pero no dejan de suponer, a más de una ayuda para el conductor, toda una sensación de coche militante en segmentos superiores; como es el caso del botón e-touch (llamada de emergencia), que puede pulsarse manualmente o activarse de forma automática en caso de accidente.