Diario de León

El curioso universo... del «Chevron»

Tractores, autobuses, monoplazas y hasta un helicóptero en Citroën. No sólo coches… ni siquiera sólo coches. Además de contar en su haber productivo con el célebre 2CV o el icónico DS, aquel «Tiburón» que marcaría todo un hito en su época, Citroën puede presumir de otras variopintas realizaciones.

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javier fernández
León

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Coches… y más. Junto con modelos que ya forman parte de la historia mundial del automóvil, el «Chevron» cuenta en su haber con todo tipo de vehículos, que van desde un aerodinámico autobús a un helicóptero, pasando por tractores y monoplazas de competición, que ya forman parte del universo Citroën.

Desde finales de los locos veinte y hasta los sugestivos sesenta, Citroën incluiría en su nómina productiva varios modelos de autocares que el fabricante incorporaba en las más de 150 líneas con las que contaba, entonces, la «Sociedad de Transportes Citroën», creada en 1931, y que también sembraría calles y carreteras con unas reconocibles placas metálicas ovaladas: «ARRÊT, faire signe au conducteur». Eso, por no hablar de otras curiosidades en el palmarés de los autocares Citroën, como aquel recorrido «sin penalización» entre Varsovia y Monte Carlo (2.456 Km. en 59 horas y 30 minutos) del Type 45 pilotado por Lecot en el «13º Rallye Automobile de Monte-Carlo»… sí, han leído bien, un autocar en el famoso rallye, que por entonces -años 30- combinaba la pura competición con el concurso de elegancia y utilidad práctica, pruebas de aceleración-frenada y gymkhanas en diversas categorías clasificatorias.

Uno de los más célebres sería el Autocar U23, firmado por el carrocero Besset en 1947 sobre la base del Citroën U23 y animado por la mecánica del no menos célebre Traction 11 CV, ya saben, el «Pato»… como se le conocía por nuestros pagos, primer modelo de tracción delantera —de ahí su nombre— en los catálogos de la marca. El autocar en cuestión tenía capacidad para 20 pasajeros sentados y 8 de pie.

Durante la II Guerra Mundial, Citroën desarrollaría el Type J, un tractor de 7 CV y tracción a las cuatro ruedas diseñado en el Centro de Pruebas de «La Ferté Vidame»; aunque incluso antes de éste Type J, ya se habían producido pequeños tractores agrícolas derivados del Type A, el primer Citroën fabricado en serie.

Algunos años después, en 1965, Maurice Emile Pezous, concesionario de Citroën en la localidad francesa de Albi, famosa por su circuito de carreras, concibió el monoplaza MEP X1, cuyo desarrollo daría origen al MEP X27, del que se construirían alrededor de 80 unidades que pudieron verse en los circuitos hasta 1975. La adaptación del grupo motopropulsor del GS (motor y caja de cambios) y su contenida romana (392 kilos de peso) le permitían alcanzar una punta de 200 por hora.

Aunque que uno de los mayores atrevimientos innovadores del Chevron, bien presentes siempre en los genes de la marca, vendría de la mano del Citroën RE 210 que, para escapar de lo cotidiano, ni siquiera utilizaba ruedas… era un helicóptero biplaza ligero; que realizaría su bautismo del aire en 1975 y que, en perfecto estado de revista, se encuentra actualmente en el «Conservatoire Citroën» (Francia). Montaba un revolucionario motor de pistones rotativos y eje vertical, firmado por Citroën (180 CV y 200 Km/h.), cuya realización formaba parte de un ambicioso proyecto de motores aeronáuticos -para aviones y helicópteros- en el marco del consorcio «Nord Aviation» y que llegó a realizar más de 200 vuelos de pruebas a 10.000 pies de altura. Incluso se produjeron contactos con Saab para definir un objetivo común para la producción del helicóptero, proyecto que sería finalmente descartado en 1979 y que, eso sí, ha quedado para los más curiosos anales en la historia del Chevron... no sólo coches.

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