Cuando se abrieron los cielos sobre Brescia...

Por mucho que El Chueco se encogiese de hombros, la «pitera» del depósito «empapó» el 290 MM («600») de Fangio; mientras el Commendatore Enzo, en persona, felicitaba por su epopéyico triunfo a un Castellotti que, contra vientos y alguna que otra marea, firmaba para Ferrari «la séptima» en Brescia... bajo el «diluvio universal» ; innumerables peripecias que han pasado a la historia de la «carrera de las carreras» ; con las ciudades «acogidas a competición» y los germanos de Mercedes (300 SL) sin posibilidad de revalidar victoria; en aquellas Mille del 556, la magia se sirvió a la vera de Cremona, dando vista a Mantua... y Brescia.