Diario de León
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León

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Un órdago a los sentimientos… la edición especial Bullitt, animada por un V8 de 5.0 litros 460 CV, con la posibilidad de elegir entre dos exclusivas tonalidades: ‘Negro Shadow’ o el icónico ‘Verde Oscuro Highland’ (en la fotografía), para disfrutar de la magia del cambio manual y la propulsión trasera; como ‘entonces’, como cuando ‘aquel’ Mustang Shelby GT350 cautivaba el corazón de los incondicionales… y de quienes soñaban con serlo: Jean Louis Trintignant, con el Rallye de Montearlo y la playa de Deauville como telón de fondo (‘Un homme et une femme’), y hasta un ‘tal’ Steve McQueen, a ‘toda persecución’ por las ‘pindias’ calles de San Francisco (‘Bullitt’… por si había alguna duda).

Aunque ahora no se apellide Shelby… ¿alguien puede dudarlo?

¿Alguien se atreve a poner en tela de juicio que no esté detrás la sombra del granjero de Texas?

Carroll Hall Shelby (1923-2012), aquel piloto del Cuerpo Aéreo EE.UU. en la II Guerra Mundial; piloto y artesano preparador en F1 y en Sport Prototipos; protagonista de épicos duelos Ford/Ferrari sobre el trazado de La Sharte (Le Mans… por más señas), a mediados de los sesenta.

Todavía… ¿alguien es capaz de dudarlo?

Dudar, siquiera mínimamente, que ‘aquella’ filosofía no esté detrás —en histórica distancia— de los 4,6 segundos en el actual ‘sprint’ de cero a cien, de los 260 por hora de punta y, lo mejor, del puro disfrute y la antañona magia de la propulsión trasera y el cambio manual; de sus dos generosos relojes (redondos… ¡pues claro!) justo debajo de la vista de un conductor… devenido en ocasional ‘piloto’. Pues eso…

Aunque el icónico Bullitt del XXI pague también el ‘peaje’ de la docena de pulgadas en su pantalla táctil, y hasta se ‘pliegue’ a varios modos de utilización: Normal, Nieve/Mojado, Deportivo+ y Circuito (con hasta un casco en la grafía del cuadro).

Por no hablar de sus tres ‘tactos’ en la dirección con asistencia eléctrica (2,6 vueltas entre topes… ¡que en lago se tiene que ‘notar’!) y, eso también, de una ‘musicalidad’ de escape… digna de las carreras.

Pues eso, siempre Bullitt… y Carroll Shelby.

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