De ‘Otto’ a ‘Miller’

En 1970, el Seat 1430, que tomaba su nombre de la cilindrada (1.438 c.c.) del tetracilíndrico longitudinal delantero con propulsión trasera, la conocida «tracción clásica», tan «clásica» como hoy la del León Sportstourer: «todo delante», motor —transversal— y tracción sobre el eje delantero, incluso con una versión —2.0 TDI— de tracción total 4Drive.

En su condición de versión ‘premium’ del 124, el 1430 rendía una decena de caballos más: 70 CV en la versión ‘normal’ y 75 CV en una segunda versión potenciada, que propiciaba 150 por hora de punta; una carrera corta (9:1 de compresión) y un carburador de doble cuerpo sacaban el máximo de aquel motor de ciclo ‘Otto’… nadie había oído hablar, entonces, del actual ciclo ‘Miller’, que permite alcanzar 130 CV con una cilindrada similar (1.498 c.c.); carrera larga (12,5:1 de compresión), inyección directa de combustible, turbocompresor de geometría variable y hasta gestión activa de cilindros han acabado por obrar el milagro: 6,0 litros de consumo medio (versión micro-híbrida de 150 CV), prácticamente la mitad que el ancestro 1430.

Eso, por no hablar del ‘despliegue’ que propone hoy el abanico motorístico del León Sportstourer: gasolina, diésel, gas natural, micro-híbrido o híbrido enchufable.

Y para ‘redondear’… aquellos evocadores, enormes, relojes enmarcados en una visera (incluso horario en el centro del salpicadero): velocímetro (hasta 150 Km/h… ¡como un deportivo!) y cuentarrevoluciones (franja amarilla en 5.500 y roja hasta 8.000 vueltas); ¡ojito!, que entonces no existía corte de inyección, y los ‘pasones’ —de vueltas—, con la consiguiente ‘protesta’ de válvulas y bielas, estaban a la orden del día a poco que el ‘piloto’ se dejase llevar por la ‘deportividad’ en las reducciones… hoy sustituida, la evocadora relojería (los ‘pasones’ son ya como ‘la magdalena de Proust’), por ese ‘Digital Cockpit’ —bueno…— con pantalla de 10,25 pulgadas, que ‘hasta’ puede configurarse a voluntad del conductor… ¡Que tiempos!