Diario de León
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León

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J. F. Z.

Hace… nueve décadas. Skoda respondía a la crisis económica mundial: el 420, un —entonces— innovador modelo que utilizaba un bastidor de chasis con túnel central y suspensión independiente en las ruedas traseras; no sólo se adelantaba a su tiempo, también se mantuvo en catálogo durante casi medio siglo merced, lógicamente, a diversas actualizaciones.

Aquella estructura modular, ligera y rígida, con «chasis de túnel central» ha demostrado su eficacia en modelos Skoda de 2 a 8 cilindros, con tracción 4x2, 4x4 y 4x6; entre los que se cuentan los legendarios Popular, Rapid, Superb, Octavia y Felicia. Hasta 1980, incluso se utilizó este tipo de chasis en la producción de las camionetas turcas Skoda 1202 Kamyonet.

En abril de 1929, arrancaba la trayectoria del mayor fabricante y exportador checo de automóviles, posición que viene ocupando el constructor desde 1936, cuya tradición se remonta a 1895 en la casa madre de Mladá Boleslav: inicialmente con modelos de concepto clásico (chasis acanalado y ejes rígidos) para, a partir de la primavera de 1930, fabricar el 422 (4 metros de largo), asentado sobre un chasis que pesaba 730 kilos, que se convertiría en la base de la —entonces— gama Skoda.

A renglón seguido, de vuelta a Checoslovaquia, tras ocho años en el extranjero, el ingeniero Josef Zubatý comenzaba a trabajar en la oficina praguense de Skoda, desarrollando aquel novedoso concepto de automóvil con chasis de túnel central: originalmente, una viga rectangular, cuyo bastidor se bifurcaba para alojar el motor. Los resistentes semiejes traseros (inasequibles a las tensiones), eliminaban la debilidad de algunos de sus más directos competidores; mientras en la parte delantera se utilizaba un eje rígido. En septiembre de 1932 se desvelaba el inicial prototipo, y siete mes después entraba en producción el Skoda 420… la crisis económica mundial tocaba fondo en Checoslovaquia.

Aquel ingenioso ‘túnel central’, aportaba significativas ventajas: 420 kilos, unos 200 menos de ‘romana’ que su convencional predecesor; así, el Skoda 422 arrojaba en báscula —carrocería incluida— escasamente 730 kilos.

En abril de 1934, arrancaba la comercialización del sucesor, el icónico Popular: la viga rectangular dejaba paso a una columna tubular que protegía el eje de transmisión, y se adoptaba suspensión independiente en las cuatro ruedas. La versatilidad del ‘túnel central’ permitía utilizarlo, durante la década de los años 30, en diversos modelos de coches con batallas —distancia entre ejes— que iban desde los 2,30 metros del primer Popular hasta los 3,40 del Superb 4000 de 8 cilindros, además del modelo 903, vehículo para uso militar, con tracción 6x4 y una batalla de 2.470+920 milímetros.

Ese avanzado concepto de chasis, incluso demostró su eficacia en el exigente viaje alrededor del mundo (1936) del Skoda Rapid, además de en diferentas carreras de la época.

A partir de 1952, estos chasis ‘se vistieron’ con la nueva carrocería totalmente metálica del 1200 Sedan para, siete años después, adoptarse en los legendarios Octavia y Felicia. El último representante checo de esta exitosa familia sería el Skoda 1202 (1963-1973).

También los modificados chasis del Octavia Super y del 1202, se convirtieron en la base de diversos modelos de producción local: el neozelandés Trekka (1966-1972), el pakistaní Skopak (1970-1971) o el ‘pick-up’ turco 1202 Kamyonet (1971— 1980).

Desde 1964, la producción a gran escala de Skoda —y su catálogo— ha estado dominada por… carrocerías autoportantes.

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