Porsche 718 Spyder RS. Motor central… en la cumbre

JAVIER F. ZARDÓN

Tres décadas… desde el Boxster. Porsche lanza la versión más potente del popular roadster; la mecánica atmosférica del 911 GT3, toma ahora carta de naturaleza en un descapotable con motor central.

Equivalente descapotable del 718 Cayman GT4 RS, el 718 Spyder RS hereda el 6 cilindros atmosférico de 4.0 litros y 500 CV del ‘nueveonce’ de carreras GT3 Cup que, eso también, merced a la liviana capota de lona con accionamiento manual —guiño a los puristas— convierte la sugerente musicalidad del ‘bóxer’ en una experiencia… sensorial.

El inestimable concurso del cambio automático de doble embrague PDK de 7 velocidades —relaciones cortas y levas en el volante—, permite al biplaza roadster ‘sprintar’ de cero a cien en 3,4 segundos, y en apenas 10,9 en aceleración de cero a 200, alcanzando una punta de 308 por hora.

Es verdad que la mejora de prestaciones tiene mucho que ver con el aumento de potencia, aunque también —diríase que sobre todo— por una contenida ‘romana’: 1.410 kilos, 40 menos que el 718 Spyder ‘a secas’, incluso 5 kilos más ligero que el 718 Cayman GT4 RS de carrocería cerrada; todo un hito para la gama nacida en 2016.

Hablando de la capota… ligera lona de una sola capa, diseño compacto en dos secciones: una que protege del sol y otra que sirve como deflector; ambas completamente desmontables y que pueden guardarse juntas o por separado en el vehículo. También la primera de ellas, puede utilizarse como ‘toldo Bimini’, para mitigar los efectos de la luz intensa. Todo el techo, elementos mecánicos incluidos, pesa sólo 18,3 kilos (7,6 menos que el 718 Spyder y 16,5 menos que el 718 Boxster); y para los ‘valientes’ que pretendan reducir otros 8 kilos la ‘romana’ total del coche… pueden dejar la capota en casa, siempre que no tengan miedo si se presenta la lluvia.

Con un frontal prácticamente idéntico al del 718 Cayman GT4 RS, el capó del nuevo 718 Spyder RS, realizado en polímero reforzado con fibra de carbono, adopta una generosa toma de aire por encima del paragolpes, cuyos deflectores aumentan la carga aerodinámica; como el labio ligeramente corto del alerón delantero; en la zaga, se sustituye el alerón fijo con brazos de ‘cuello cisne’ por un ‘spoiler’ en cola de pato… otro guiño.

Para que nada falte, la suspensión deportiva propicia una rebaja de 30 milímetros en la altura libre al suelo, poderosas llantas de aluminio (20 pulgadas, opcionalmente de magnesio reforzado) y unos deportivos —muy deportivos— asientos ‘baquet’ con acabado de carbono… ¡a pilotar!