Vacaciones singulares por treinta euros al día
La crisis impulsa aún más el peregrinaje hacia Compostela
Según Manuel Mariño, responsable del albergue del Monte do Gozo, el último antes de llegar a Compostela, es necesario un mínimo de entre 5 y 10 euros por noche para alojamiento en ese tipo de fondas del Camino, y de 20 a 25 euros en comida y bebida, en los que se incluyen los fondos necesarios para tabaco, una copita u otros placeres.
Si uno parte de Roncesvalles o de Saint Jean Pied de Port, dos de los puntos de salida tradicionales, e invierte en ello aproximadamente un mes, el presupuesto de la experiencia se eleva a casi mil euros, incluido el billete de regreso, un coste que, en esta época de crisis, «se nota», asegura el alberguero.
La estricta austeridad de muchos caminantes se corresponde con la de los peregrinos que durante siglos han efectuado ese recorrido con limitados medios o simplemente han sobrevivido mediante la caridad.
Los albergues ofrecen sencillas instalaciones con literas, duchas con agua caliente o cocinas eléctricas, aunque muchas veces no hay cazuelas, sartenes o equipamiento básico para los caminantes, que intentan limitar al mínimo su equipaje.
David, que caminó desde Palencia, reprocha que sobre todo en el territorio gallego del trayecto «está todo bastante más comercializado» que, por ejemplo en Castilla y León, y los horarios para abandonar los albergues son muy madrugadores.
Por el contrario, subraya el buen ambiente y la convivencia, aunque «a veces te roban mantas» a la hora de dormir o «te despiertan con música de Vangelis».
Pese a la incomodidad de dormir en albergues de literas junto a sudorosos peregrinos fatigados y con ampollas en los pies, el Camino continúa atrayendo a un creciente número de personas, especialmente en los años santos, es decir cuando la festividad de Santiago, el 25 de julio, se celebra en domingo.
El año pasado recorrieron el Camino casi 146.000 personas, según datos de la Oficina del Peregrino de Santiago, dependiente del Arzobispado. Este año el número será mayor por ser Xacobeo. La mayoría de caminantes recorren en cinco días, principalmente a pie, los últimos 100 kilómetros, o bien los 200 en bicicleta, necesarios ambos para obtener el documento acreditativo llamado la Compostela, que otorga la Iglesia. Sin embargo, otros optan por ir a caballo o incluso en burro y hay quienes recurren a medios motorizados para desplazarse con mayor comodidad entre las etapas del Camino y su lugar de reposo.
Así, contrasta la sencillez y sobriedad de los peregrinos más austeros, que viajan con sus mochilas al hombro y se alojan en albergues y refugios, con la exuberancia de aquellos otros que prefieren descansar en lujosos hoteles y hasta en palacetes, próximos a esta ruta histórica.
Por ejemplo, la red de Paradores de España ofrece entre sus promociones un menú específico para celebrar el Xacobeo, con el objetivo de que los peregrinos puedan disfrutar el Camino de Santiago por medio de su gastronomía.
Así, el caldo de Ollos, el bacalao cecial con pisto de coliflor, el gallo de pazo con berza y ostras en escabeche, las vieiras o las filloas con miel son algunos de los manjares que pueden saborear tan privilegiados huéspedes por un precio de 27 a 30 euros.
La mayoría de los caminantes que optan por el modo más convencional y austero de vivir esta experiencia pueden sobrevivir por ese precio un día y una noche, a costa del sacrificio de renunciar -”quien pueda permitírselo-” a ser un peregrino de cinco estrellas para ganarse el cielo.