RAQUEL FAMILIAR. Experta en gastronomía

Raquel Familiar, estudiosa de la gastronomía, y conocedora de todas las circunstancias que acompañan el manejo, la transformación y comercialización del hispano bretón, aconseja comida sana. Pone por delante al caballo. Y por delante del caballo, al hispano bretón.

-”¿Se diferencia la carne de caballo que se crió para este fin de otros, como los de monta, que llegan también al consumo?

-”De hecho, comienza ya a aportarse en la etiqueta la procedencia y esa mención de si el animal fue criado en condiciones de libertad, su aptitud es cárnica o tuvo otro uso.

-”Y el hispano bretón mejora esas condiciones.

-”Esta raza es una de las de mayor tradición carnicera , tiene su origen en yeguas de razas autóctonas que ocupaban la cornisa cantábrica dedicadas al trabajo en el campo, que se cruzaron con sementales bretones. El resultado del cruce, que se ha denominado hispano-bretón, cumplió en su momento con su función en el campo y actualmente dedicada a la producción de carne por su excelente conformación carnicera.

-”En el siglo pasado había médicos que recomendaban esta carne para superar dolencias.

-”La carne de potro tiene un bajo contenido en grasa y en colesterol, y a su vez tiene un alto contenido en ácidos grasos insaturados, los omega 3 y 6 que disminuyen los riesgos de enfermedades vasculares y cardiovasculares. 4 mg de hierro por 100 gramos es lo que aporta la carne de potro. El hierro de origen heminico que contiene esta carne es muy fácilmente asimilable por el cuerpo. Rica en vitamina b12 y también b6 y b3. La vitamina b12, que regenera los glóbulos rojos, la medula ósea y mejora la memoria. La b6, interviene en el crecimiento, previene enfermedades nerviosas, y para la piel. La b3, que conserva las células y mantiene la piel sana. 100 gramos de carne de potro se cubren las necesidades diarias recomendadas de vitamina b12 de un adulto.

-”Todo eso convence al paladar.

-”Es suave y tierna; la carne de potro destaca por su terneza extrema. La explicación es un proceso de maduración único que ablanda las fibras musculares. La consecuencia una carne muy tierna que no necesita una cocción larga. A si se conservan intactas todas sus propiedades nutricionales y una textura deliciosa y fundente muy apreciada por los amantes o consumidores de esta carne. Además, el caballo raramente enferma; eso ensalza y garantiza su carne como un manjar.