Diario de León

CANTO RODADO

Gente en acción

el alcalde se sacudió de los hombros el laboratorio pecuario después de haber anunciado su propiedad a bombo y platillo

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León

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En una semana se ha llenado un espacio vacío, perdido en el limbo de la idiotez burocrática y el despilfarro de los gobiernos que ahora quieren apretarnos el cinturón sin piedad. El Laboratorio Pecuario, de la calle Alcalde Miguel Castaño, se ha transformado por medio de la acción en el Laboratorio Social de León.

Hoy se dan cita dos hitos. Se abren las urnas a las 9 de la mañana y el Laboratorio Social —alguien debería tapar ese enorme escudo franquista que jalona su fachada por la entrada principal— celebra una jornada de puertas abiertas para que leonesas y leoneses pisen este territorio recuperado del abandono y juzguen lo que allí se hace.

El mismo alcalde, Emilio Gutiérrez, está invitado a pasarse por allí, como ciudadano de a pie que quiere ser, para hacerse una idea, in situ, del espacio que voceó como propio hace tan sólo unas semanas y se sacudió de las hombreras de la chaqueta cual alfombra de insidiosa caspa. «Ni es nuestro, ni lo hemos reclamado... todavía», se apresuró a decir el primer edil el lunes más pendiente de hacer la clá a Rajoy en el Polígono X que de lo que se cocía en la ciudad esa mañana.

Así que al bueno de Guillermo García, con la ley en la mano, que es el código de conducta del nuevo delegado de la Junta, le tocó ir al Juzgado a poner una denuncia por ocupación. No estaba el horno para bollos, ni el laboratorio para desalojos expeditivos —sólo había 48 horas de plazo— con la campaña electoral encima y la policía nacional al mando del Gobierno central.

La Junta, roja

El caso del Laboratorio Social ha dedido subir los colores a más de uno en la Junta de Castilla y León. La administración autonómica está para sonrojarse. De vergüenza. Por tener abandonado durante más de cuatro años este espacio de lujo mientras paga alquileres de lujo por oficinas en la milla de oro de León. Sin ir más lejos la oficina principal del Ecyl (Empleo de Castilla y León, ¿No habría que cambiarle el nombre?) y seguramente varias oficinas de empleo que comparte con el Ente Público de Empleo. Mucho ente para tan poca entidad y para tamaña cantidad de parados y paradas.

Luchadoras invisibles

En acción están las mujeres, y también algún hombre, que desde hace 20 años trabajan en León para defender a las víctimas de agresiones sexuales y violencia machista. Adavas llevaba seis meses preparando sus actos conmemorativos, con la presencia de lujo de la psiquiatra Ana Távora, pero el adelanto electoral se coló en su agenda. Quedaron en medio del rifi rafe de carteles azules, rojos, verdes, magentas, naranjas... pero siguieron adelante, como siempre, con su violeta incansable y su acción invisible pero imprescindible.

En dos décadas de existencia han sacado los colores al sistema judicial y penitenciario —que soltó al violador del chándal después de haber tenido un trato privilegiado en la cárcel y reincidió— y lo que es más importante han sacado a la luz la lucha por la dignidad y seguridad de las mujeres y de muchas niñas y adolescentes.

Pertenecen a esa raza de gente en acción que van con su tiempo, y no a la zaga, como lo estuvo Clara Campoamor cuando defendió, a costa de su sacrificio político y de su invisibilidad, el derecho al voto de la mujer en las Cortes Constituyentes de 1931.

Es hora de alzar la voz y sacar de la oscuridad a estas luchadoras incansables a las que tanto debemos, mujeres y hombres. Que la prima de riesgo, con su griterío insensato, no nos nuble la mirada ni distorsione la realidad.

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